viernes, 7 de abril de 2023

La vehemencia de la ignorancia

Fotografía de Robert Doisneau

07 abril 2023

- Tras una noche de profundas, balbuceantes, emocionantes y complejas reflexiones al compás de conversaciones amigas muy sesudas y ya al filo de la madrugada, solo queda apostillar en nombre de todos mis amigos en la sesión de búsqueda de soluciones para este convulso vivir actual, que creemos decir verdad cuando manifestamos, soberbiamente, que nosotros nunca hemos cambiado y que, siempre, hemos sido fieles a nuestros ideales y a nuestros principios. Lo cierto es y lo digo ahora que ya no me oye nadie, que la realidad, tristemente, es otra, pero difícilmente somos capaces de reconocerlo no sea que se nos compare con algún joven político ensoberbecido/a de la vigente era postpandemia.

- Lo peor, y hay quien lo hace sin remordimiento alguno, será vivir en su ignorancia mientras ello se les permita por el bien de su inmodestia y de su oscura, pero deseada celebridad. La experiencia da sabiduría ... y tozudez cuando se trata de reconocer errores en el diálogo de lo ignorado.

- Mi Santa Madre ya me advirtió: "Nada mejor que un viejo sabio, ni nada peor que un equivocado poseedor de la verdad entrado en años".

- Por último y aunque parezca que nada tiene que ver con mi noche toledana de ayer (para mí si lo tiene) diré que la ciencia, la razón y hasta la historia, está, siempre, en favor de la verdad … lástima que no sepamos verla en nuestro tiempo y a tiempo.

- Seguramente todo aquel que pueda leer este post sabe de lo que hablo, pero juraré en falso que yo nunca lo dije, ni lo escribí.


@etarragó


Cinco de mis mejores refugios


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16 comentarios:

  1. No sólo los jóvenes políticos cambian de opinión, Enrique, también los viejos. Ya lo dice el refrán: "más tira una poltrona calientaculos que mil carretas" (¿o no era así?) Pero tienes razón, la Ciencia está por encima de hipocresías y al final acabará prevaleciendo la verdad (espero...)

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    1. Creo, amigo Diego, que espero lo mismo que tú, que la razón se imponga siempre, pero no sé si eso es una real forma de pensar en mi forma de ver las cosas o si es tan solo un deseo.
      Feliz viernes santo, Diego.

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  2. Cambiamos constantemente pero como también cambia nuestra mirada no nos damos cuenta.
    También es cierto, sin que sirva de excusa, que todo nuestro entorno también cambia.
    No tiene mucho sentido seguir opinando lo mismo sobre un mundo que ya no es el que fue.
    Otra cosa es lo de los principios...
    Saludos.

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    1. Bien razonado, TS, no cambia el tiempo, el tiempo nos cambia a nosotros, mantenemos algunos principios, pero no sé si mantenemos la misma forma de defenderlos con el tiempo.
      Un abrazo, compañero.

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  3. Nadie está en posesión de la verdad absoluta. La realidad se modifica, el pensamiento evoluciona, las circunstancias no siempre son las mismas, el ser humano es frágil, el amor cada uno lo vive a su manera por muy intenso que sea. Juzgar a los demás es una osadía, máxime si se ha vivido bajo la dictadura de los dogmas.

    Un beso.

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    1. Nunca mejor contado, Ilduara, como le he escrito a nuestro TS, no cambian los ideales, cambiamos nosotros igual que lo hace el tiempo en nosotros con la forma de como aplicarlos y/o defenderlos.
      Me gustó esa apostilla final de... "máxime si se ha vivido bajo la dictadura de los dogmas."
      Feliz viernes.

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  4. Trataré de aprenderme esto de memoria y ponerlo en práctica a conciencia: "Nada mejor que un viejo sabio, ni nada peor que un equivocado poseedor de la verdad entrado en años".

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    1. Harás bien, Alí, de los primeros cuesta encontrar, de los segundos están en todas las "salsas".
      Feliz sábado de gloria.

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  5. Uno no debe dar por hecho las cosas ni creer que el mundo en que esta no cambia y muta. A veces venos las cosas con nuestra perspectiva y nos ponemos gafas oscuras para no ver nada mas. Te mando un beso.

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    1. Me gustó tu forma de definirlo, Judit, "ponerse gafas oscuras para no ver".
      Un abrazo, escritora.

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  6. Disfruté leyéndote, como siempre...
    Vengo a desearte a ti y a los tuyos una excelente Fiesta de Pascua.
    Abrazo amigo.
    ~~~~~~~

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    1. Gracias, Majo, eres muy amable.
      Feliz sábado de gloria.

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  7. Me pregunto si hay mayor sabiduría que la humildad. Porque la sabiduría no es la acumulación de información, sino la sensibilidad para saber, en cada momento, cuál debe ser su actitud y su comportamiento.

    Y perdona si soy muy tajante y parezco tan soberbio como aquellos que más críticas, pero digo muy en voz alta que donde falta la humildad no hay sabiduría. Y humildad no es ir de pobre por la vida, mostrarse adaptativo y sumiso, o ir regalando bendiciones por doquier. Humildad tiene mucho más que ver con la honestidad, con la sinceridad, con la bondad... y con la inocencia.

    Y me estoy dando cuenta de una cosa, amigo!!! Jajajajaja Que si se acepta como válida mi definición, entonces los niños son sabios. Sabios menudos, pero sabios!!! Y si yo propugno que recuperemos el espíritu de nuestra niñez, lo que en realidad estoy diciendo es que seamos más sabios!!!! Jaaaaaaaaaaa Y sabes qué es lo más curioso de todo: que creo que es cierto!!!

    Ya ves para lo que da tu reflexión: el diálogo extiende las consideraciones como una mancha de aceite en una hoja de papel de periódico. Y eso es bueno. Tengamos razón o no, que todo es discutible, es bueno.

    Un placer que siempre vaya poniendo el dedo en temas tan necesarios de ser tratados.

    Con mi nueva "piel" recién estrenada, un enorme abrazo, querido amigo.

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    1. Eres tremendo, amigo Emilio. Nada peor que la soberbia y en este Pais tenemos una dura y cruel muestra si miramos a nuestros gobernantes (de ahora y casi de siempre). Ser niño, inocente, limpio de pensamiento y libre de acción, solo nos dura un escaso margen de tiempo de nuestro calendario vital. No te recordaré lo que hacían los espartanos con los niños, pero sí te recordaré aquel viejo pasaje ancestral en la que un niño romano venía de haberse pegado con uno de sus mejores amigos en la calle, se subió a la mesa de comer y su padre en lugar de recriminarle su tan poco elegante gesta le dijo: bájate, salta y yo te recojo en mis brazos. El niño saltó, pero el padre se apartó y el niño se fue de narices al suelo. Entonces el niño, llorando, le dijo al Padre... ¿por qué? y el padre le contestó... ¡¡¡para que no te fies ni de tu padre!!! y ahí y desde entonces, se acabó la inocencia del niño. También es cierto que el niño ya nunca más se peleó con nadie que no puediera ganar.
      Disculpa este rollo, pero me ha aparecido de golpe en la punta de mis dedos y lo tuve que soltar, me dolían los dedos.
      Un abrazo muy fuerte, poeta enamorado.

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    2. Al contrario, Enrique. Te agradezco que te hayas extendido, porque lo echo de menos casi siempre, especialmente en las entradas de mis blogs (y hablando de blogs, te diré que te estás perdiendo música -también poesía, si te gusta- pero tienes que seguir este rastro, que me he mudado)

      Hay algo que postulo desde hace unos meses, y cada día lo hago con más vehemencia: la más bella y plena felicidad necesita de un ingrediente básico e imprescindible: la inocencia. No sé si lo he comentado ya, porque pierdo el control de lo que digo, de lo que no digo y de dónde digo lo que digo. Pero he comprobado que si queremos vivir la más deslumbrante de las felicidades tenemos que coger ese maravilloso tren llamado "inocencia". Soy consciente de que es un tres que puede hacer que nos demos algunos buenos golpes cuando discriminamos mal en quién podemos confiar. Pero lo que nadie se termina de dar cuenta es que la misma fortaleza que da la felicidad de la inocencia sirve para amortiguar los golpes de la vulnerabilidad. Lo que hay que evitar, desde luego, es vivir en la desconfianza, el miedo, el rencor o la auto-represión. O, al contario, hacerlo si lo que se pretende es desperdiciar una vida!!!

      Enorme abrazo, querido amigo. Y te espero...

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    3. No me extenderé, Emilio, estoy de acuerdo en el fondo de lo que comentas aunque me parezca relativamente utópico. Ya sabes que el hombre nace bueno y malo se hace ... eso lo explica todo.
      Voy a seguir ese rastro y te encuentro.

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