01 agosto 2023
- La veía triste, con los ojos perdidos en algún lugar que solo ella sabría encontrar. Parecía como si no quisiera hablarme, me paraba en mi sueño y ella, aunque también lo hacía, me miraba haciendo un pequeño giro de cabeza y sin volverse, sabía que estaba esperándome, siempre lo hacía.
- Alguna vez dejé de verla y pensé que jamás volvería a sentirla cerca, pero esta vez sucedió en medio de un sueño más profundo que el de otras veces.
- Oía voces de ánimo, a mi alrededor había mucha gente vestida de verde con máscara en boca que andaban sonriéndome, las cuales tras mucho tiempo de un angustioso viaje me hicieron volver en sí, pero yo solo quería saber si ella estaba allí, nunca me dejó.
- Y así, con los ojos muy cerrados, estuve dándole vueltas y vueltas a la situación para poder entender por qué no me hablaba pues era como si quisiera contarme algo que no me iba a gustar ¿Dónde estaba Ella? ¿Dónde había estado yo que la seguía viendo sin estar? …
- De pronto un brusco cambio de sentido me hizo abrir los ojos mientras escuchaba: Cariño, ¿Puedes hablar?
- Intenté contestar cuando me di cuenta de que le hablaba a las dos, a Ella y a la Vida y así se lo dije … a las dos: ¿Habéis venido?
... y ninguna me contestó, noté su cabeza junto a la mía y sus lágrimas sobre mi rostro me estremecieron, la vida estaba sonriéndome y Ella seguía conmigo.
N: Sucedió hace algunos años y aún no me he podido explicar cómo puedo acordarme de todo lo que ese bendito día sucedió al margen de mi voluntad.
Lo explica un elevado nivel de conciencia llegar a percibir así... y ahora poderlo transmitir.
ResponderEliminarabrazazo amigazo.
Conciencia, quizás sea eso, amigo Carlos, a veces la perdemos y otras nos transforma.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Así que empezaste a escribir por no sé que pasaba con tu aficción a la fotografía???
ResponderEliminarPues tienes el don de la palabra, querido amigo!!! Porque has escrito un relato excepcional. Un relato donde tiene cabida la consciencia y la inconsciencia; donde mezclas lo real y lo trascendente; donde hablas de vida, pero también de muerte, aunque no la menciones; donde toma cuerpo el renacimiento.
Y lo haces con un infinito amor a la vida, con una deliciosa sensibilidad, con la hondura del sabio que ha aprendido a vivir (arte más que difícil de alcanzar), y con un manejo de la palabra memorable.
Tengo que decir que es uno de tus posts que más me ha gustado, además de haberme impresionado. Un placer leerte!!!
Y un enorme abrazo, querido amigo!!! Espero que estés bien, que tienes que dar mucha guerra!!!
Gracias, Emilio, siempre tan amable conmigo. Reconforta y mucho, leer tu comentario ... mucho.
EliminarGracias infinitas, con un enorme abrazo, querido Emilio.
Es un hermoso relato. Me dejaste sin palabras. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, Judit, viniendo de ti, escritora, todo un halago.
EliminarAbrazo fuerte, escritora
La intensidad de lo sucedido hace que la vivencia sea imborrable! :)))))))
ResponderEliminarAbrazos amigo. Tu espacio, creativo y dinámico, y didáctico, es único!
Gracias, Ernesto, eres tú, también, muy amable. Agradezco tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una experiencia para no olvidar, Enrique, a festejar que estás aquí hoy y ahora con tus reuniones de los viernes con amigos y con muy buenos aportes a quienes te seguimos, un abrazo grande!
ResponderEliminarGracias, María Cristina, me siento desbordado por los amables y cariñosos comentarios que todos me estáis mandando.
EliminarGracias.
Asombrosa historia Enrique... esa sutil mezcla de amor y vida, como si el mensaje del universo en aquel instante fuese que las dos son lo mismo.
ResponderEliminarPienso y siento que estamos vivos para amar... y para aprender a amar con absoluta libertad, pero siempre teniendo en el corazón, el bienestar y la felicidad de al menos dos almas y las almitas que de ellas nazcan.
El momento que nos relatas tan sensible y bellamente, es único, en realidad es un regalo de la existencia que marca a fuego un antes un tanto inconsciente, más disperso y un después más consciente, más espiritual.
Te felicito y te mando un fuerte abrazo, hombre afortunado.
Paty
Gracias, Paty, tus palabras están llenas de bondad y aprecio del que me siento muy honrado
EliminarUn fuerte abrazo.
Ella es la vida, tu historia desde que naciste al amor, tu compañera en lo bueno y en lo malo, tu otra mitad.
ResponderEliminarOs felicito por teneros.
Un beso.
Gracias, Ilduara, ya son 57 años juntos, toda una vida.
EliminarUn abrazo muy fuerte
Aunque estemos a 40 grados o casi, tu relato me ha dejado helado, tus palabras siempre conmueven y tu vitalidad para aceptarlo y contarlo más aún. Como no tengo blog aquí, inicié una portada, pero después no seguí, ya sabes quien soy. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarSí, querida amiga, claro que sé quién eres. Como decían las artistas del teartro de mi juventud: "Gracias por venir".
EliminarUn abrazo muy fuerte
Creo ver en este relato lo que llaman una experiencia cercana a la muerte. Por lo que describes entiendo que sucedió en un quirófano y pudiste ver tu cuerpo por un lado y tú junto alguien más en otro lugar. Dicen que estas experiencias cambian la vida pues claramente ves que eres más que el cuerpo que te acoge.
ResponderEliminarAyer precisamente estuve viendo un video en mi blog de una persona ya fallecida a la que aprecio mucho y que tuvo varias experiencias fuera de su cuerpo. Casi al final, habla de la muerte y da un consejo que llegado el momento yo no voy a obviar, y es que cuando ya sabes que es la hora de partir no hay que mirar atrás y quedarse enganchado a la pena de quienes te aman y no quieren que te vayas, alzar el vuelo es lo que toca. Pasamos la vida aprendiendo cosas pero poco sabemos de esa experiencia final y eso nos da mucha inseguridad. Yo creo que es un tema en el que todos deberíamos de indagar un poco y quedarnos con aquello que tiene sentido para nosotros.
Es un relato hermoso, me ha gustado mucho.
Un gran abrazo y besos enrique!!
Gracias, Ana, a mí no se me olvida ... nunca. Dicen que la muerte es triste, pero creo que solo lo es cuando no has vivido o no te han dejado vivir. He vivido mucho y muy feliz.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Espero que haya sido una agradable jornada.
ResponderEliminarUn abrazo y besos!!
Fue un día para no olvidar, aunque procuro hablar poco de ello ... esta vez lo necesitaba, pero lo dejaré aparcado otra vez.
EliminarTenía la página del blog de Ernesto abierta antes de cerrar esta y lo de una jornada agradable lo escribí pensando en contestar a esa otra entrada, disculpa.
EliminarJajajajaja, a mí me pasa a menudo, Ana.
EliminarHaya experiencas que se nos quedan que se nos quedan grabadas tan intensamente que al recordarlas es como volver a vivirlas. Lo bueno de este intimo relato es que las dos siguen contigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, esa es mi gran suerte, Laura, un premio que de momento me hace tremendamente feliz.
EliminarUn abrazo.
Enrique, hermoso texto, Me siento traspasado. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe lo tomaré como un halago, gracias, Carlos Augusto.
EliminarFeliz martes.