06 mayo 2024
- Uno de nuestros mejores amigos ha muerto esta madrugada de un tumor cerebral que no ha podido superar. Los primeros síntomas los tuvo en julio del año pasado y en agosto le confirmaron que era un cáncer. Le dieron pocos meses de vida y así ha sido.
- Una vez más estamos ante el horror o la bendición de la muerte, según de qué lado del dolor estés, todos diremos (porque lo sabemos a nuestra edad), que cuando un amigo se va algo nuestro se va con él y así está siendo, aunque también es cierto, como dijo alguien (cuyo nombre ahora no recuerdo), en tono tan triste y vehemente como sorprendido, que es curioso ver como amigos que antes no solían morirse, ahora lo hacen.
- Con todo, lo único cierto es que cuando un amigo de una importante parte de tu última vida se va, nos abre los ojos de la que nos quede (de par en par), para darnos cuenta, cruelmente, tanto de su precariedad como el de su rápido e implacable avance.
- Isabel Allende escribió que “la muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan”, sírvanos esa interpretación de la Allende para reivindicar la inmortalidad de nuestra alma y la creencia de que quien hizo bien en toda su vida nunca le olvidarán y ese es el caso de nuestro amigo A.L.
- DEP.
Siento que tengáis que pasar por esa prueba, querido Enrique. El enfermo, la de irse y separarse de todos vosotros. Vosotros, la de veros privados de un ser que acompañaba vuestra vida, que os era necesario, que daba brillo a vuestra existencia.
ResponderEliminarUna pérdida siempre deja un vacío, proporcional al afecto, al amor, que se le tiene (en presesnte, que no hay pasado para el sentimiento de amor). Y no hace falta que se muera. La tragedia es similar cuando las circunstancias de la vida fuerzan esa separación.
Y luego está la reflexión que se hace en primera persona, por supuesto... Pero, y si es el inicio de algo mejor???
Un enorme abrazo, querido amigo. Vaya mi sentimiento con el finado y con vosotros.
Gracias, querido Emilio, eres muy amable, en estos momentos (ya son dos días), me está resultando necesario recibir esas muestras de cariño como la tuya.
EliminarUn abrazo, poeta enamorado.
Muy ciertas las palabras de la Allende, hay que recordarlos con sus mejores momentos y con la ilusión que en algún lugar nos estaran esperando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias,. Mariarosa, yo también lo creo y lo necesito.
Eliminar¡Cuanto lo siento Enrique!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Gracias, querida Tracy, estas cosas (a mi edad), afectan mucho.
EliminarLo siento mucho. Y mientras lo recuerdes estará en tu corazón. Te mando un beso.
ResponderEliminarSí, seremos muchos quienes lo recordaremos amiga Judit.
EliminarGracias, superescritora.
Nadie se va del todo si perdura su recuerdo y además sólo hizo bien.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, una gran persona se va para alcanzar su descanso en la gloria.
EliminarGracias, Ilduara.
Un abrazo solidario Enrique, cuando estamos grandes son muchos los que nos dejan, conservar su recuerdo y las anécdotas que podamos rememorar es un consuelo!
ResponderEliminarDices muy bien, María Cristina, con la edad esta situación se repite cada vez más a menudo.
EliminarGracias.
Ánimo Enrique. Muy ciertas las palabras de Allende. Los buenos recuerdos que nos dejan están presentes y con frecuencia los recordamos.
ResponderEliminarUn abrazo 🤗〰💕
Gracias, Laura, muy amable.
EliminarLa muerte, como otras características de estar en este mundo, pero especialmente la muerte, (porque realmente es un cambio radical de estado) nos produce por un lado un rechazo, temor e impotencia tremendos y por otro, sabemos que es un descanso de las pruebas y dolores físicos y emocionales que la mayoría pasamos por momentos o períodos en la tierra.
ResponderEliminarEs un tema de fe y de ver la existencia en un contexto más amplio que meramente nacer y morir. Creo que todos trascendemos a otra dimensión o forma de conectarnos con la esencia. Pero es triste y complejo, nacemos en este planeta y nos acostumbramos a ver, hablar y abrazar a quienes amamos. Es el caso de mis dos hermanas mayores, una partió a los 52 y la otra a los 60.
Por lo mismo, he reflexionado mucho del tema, he oído muchas charlas, he aprendido bastante, pero no puedo decir que por eso no las extrañe, sus rostros, sus voces, su cercanía, sus risas, pero lo hago con mucha paz en mi alma. Espero verlas y abrazarlas cuando a mí me toque trascender, es mi ilusión y esperanza, también a mi papá que partió siendo yo una niña de 11 años.
Que en paz descanse tu buen amigo AL, que su alma llegue a la luz y el amor absolutos, y que tú, amigo, encuentres y cobijes en tu corazón esa bella esperanza que nos consuela y anima.
Un abrazo grande,
Paty
Quedo emocionado, amiga Paty. Tus palabras son de persona buena, de fe, de persona que sabe aceptar con serenidad nuestro destino.-
EliminarGracias, tus letras aportaron confortabilidad a mi alma.
Coincido con Isabel Allende. Si fue amigo lo será toda la vida y no morirá así nomás...
ResponderEliminarAbrazazo hasta allá!!
Gracias, Amigo Carlos, agradezco tus confortables palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me soliradizo con tu pesar Enrique, mis condolencias a todos los que le han conocido.
ResponderEliminarLas perdidas de seres que amamos nos desgarra, peo lamentablemente es algo que todos henemos que pasar, y es cierto que mientras le recordemos siguen vivos y su huella no pasará en vano
Un abrazo
Gracias, Stella, agradezco tus palabras de consuelo y de ánimo.
EliminarUn fuerte abrazo.
DE razón que mis amigos muertos viven. Siempre los recuerdo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es.
EliminarUn abrazo, Carlos Augusto.
Ante una situación, natural donde las haya, como es la partida de este mundo de alguien, es normal tener el tipo de sentimientos, reacciones, etc., como tú describes. Y por añadidura, la mayoría de quienes te comentan.
ResponderEliminarPero también es igualmente "normal" ver, percibir, las cosas de otra manera.
Fuerte abrazo amigo Enrique.
Gran pensador, así eres, amigo Ernesto. He aprendido mucho en este tiempo que llevo leyendo y admirando tu forma de entender la vida.
EliminarFuerte abrazo, Ernesto.