Fotografía del periódico El Pais de hoy
01 mayo 2023
- Me lo cuenta, (otra vez), el pobre Antoine, con voz pequeña, café en mano y su Pastis en la otra, en la "reunión" previa a la Manifa* de hoy. Tiene una hija que ejerce en un Club de nombre Italiano en Castellana, pero él hace como que no se entera, pues la niña, oficialmente, está estudiando “teleco” desde hace ya seis años … o quizás más. Su mujer, que no es la madre de la niña, tiene una enfermedad degenerativa muscular, distinta a la mía, que, para moverse, le obliga a manejar un trasto con motor electrónico y ruedas, precioso, que le compró la hija de Antoine vendiendo cacahuetes en el fútbol … o eso le dijo … y en un alarde de hacer ver que no se entera me dice … ”¿De dónde sacará el dinero mi niña?”
- Pero, volviendo a lo del carro regalado por la niña, resulta que no es tan pequeño como quisiera el de los Comisionados que organiza la Manifa* del día del obrero, pero como resulta que le da un gracioso toque “Miamista” y muy “social y muy rojo” a la marcha, hasta les gusta lucir el carro. Lo peor es que para no estorbar nos hayan puesto en la cola, aunque algo separados para que el carro luciera como una bandera, pues hasta le han metido una pegatina de los dos sindicatos convocantes y muy al estilo de los autos de choque que se montan en las ferias, le han puesto una banderita muy mona con un slogan precioso: "Trabajamos para los obreros, luchamos contra las élites".
- ¿Bueno, y qué … commençons-nous?, les dice Antoine al grito de no pasarán, cuando, precisamente, le preguntaban por su niña con ojos cachondos. Mientras, el Gómez, con pañuelo rojo en el cuello y pancarta de NO A LOS RECORTES, LUCHA CONTRA EL EMPRESARIO ACAPARADOR Y LA DERECHONA ABSOLUTISTA, nos dice … ¿Qué … de infiltrados? … vaya, vaya – ¿Infiltrados nosotros? pero que dices Gómez, – le replico – si cuando tú no habías nacido aún, yo con dieciocho añitos ya llevaba cuatro años en el Sindicato Libre de Estudiantes y dos de observador con los de Comisiones Obreras del Llobregat Sur, sector construcción 3.
- Y bien, se pone en movimiento la fiesta y la marcha, mientras leo (a la vez que la gente vocea), el lema del día … "Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios".
- Nota: Oído en la cabeza de la Manifa … “Joé, solo han venido los liberados, que maricones, han faltado todos los de La Marina, ya verás, mañana vendrán colorados como gambas”. “No seas mal pensado, ellos tienen la suya allí”. “No os despistéis … luego nos vemos en el Peret, que han preparado un arroçet de verdura y magra que …”
- Nota (otra): Lo aquí escrito está inventado, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.
*Manifa: Modo castizo – Manifestación obrera muy colorida
Pero ¿tú no estabas de vacaciones?
ResponderEliminarClaro, lo he dejado claro en la nota segunda del final del post.
EliminarYo, de ir a la Manifa, me hubiera montado en el carro de la mujer de Antoine, que fue lo que hice, sin hacerlo, claro.
Lo mismo pasa en mi pais, Te mando un beso.
ResponderEliminarSi, Judit, me lo imagino, el mundo está muy globalizado.
EliminarUn abrazo, escritora
Y vaya casualidad generalizada esta! Un abrazo Enrique!
ResponderEliminarMuy generalizada, María Cristina.
EliminarFeliz martes.
Con esos sindicalistas menudo futuro tienen los trabajadores.
ResponderEliminarHe de decir que, y hablo de mi experiencia personal, los sindicalistas que he visto en diferentes trabajos han sido básicamente vagos. Alguno además era sinvergüenza.
Era gente que se liberaba para no trabajar y en el algún caso que traicionaba por prebendas personales a los que decía representar.
Saludos.
Yo he sido empresario profesional (gerente) en la mayoría de los años (salvo los tres primeros), y podría escribir un libro sobre lo que acabas de decir, TS, libro que no publicaré nunca antes de mi muerte, pues de hacerlo antes ... me cortarían el rabo y las dos orejas.
EliminarUn abrazo, compañero
Repugnan, al menos aquí, todos millonarios, usan a los trabajadores como fuerza de choque, han vaciado de sentido sus justos reclamos y... podría llenar varias carillas con las tropelías de esta caterva de vivillos legimitimados por los políticos de turno, empresariado, etcéteras. Allá tal vez sea igual o parecido.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos, amigazo.
Creo que está todo dicho, amigo Carlos, tú lo has dicho, yo me abstendré de apostillar nada de lo que has escrito, por aquí no sé si es tan dramático, pero es parecido aunque de carácter lúdico, el principal problema, aquí y a mi juicio, es que los sindicatos están (sus gastos), en el presupuesto del estado.
EliminarUn abrazo muy fuerte y mucho ánimo.
Los sindicatos eran necesarios cuando los mantenían los trabajadores y defendían sus derechos. Hoy están subvencionados, prostituidos y venden al trabajador al mejor postor. No hay sindicato de los políticos, por algo será.
ResponderEliminarUn beso anarquista.
Sin haberte leído antes, acabo de contarle lo de las subvenciones a los sindicatos a nuestro Carlos Perrotti. No lo he entendido nunca. Del único sindicato al que he pertenecido en mi vida y no por mucho tiempo, fue el SLDEUB (sindicato libre democrático de estudiantes de la universidad de Barcelona), y los gastos los pagábamos con las cuotas.
EliminarTodo cambia, Ilduara, pero no sé si a mejor.
Feliz miércoles, si nos dejan
Jajajajaja Con la última ya me he terminado de morir de risa!!!! Qué sutil, amigo mío!!!
ResponderEliminarTu escrito de hoy huele a decepción. A decepción por la hipocresía que existe, ese absimo enorme entre lo que se dice y lo que se hace. Yo también tuve mi moento de ilusión y movilización. Hasta que me di cuenta del teatrillo. Porque la realidad no es que se quiera convertir en un teatrillo cosas tan serias como esas de las que hablas, pero sentirse derrotado y querer vivir una vida tranquila (algo muy digno) pesa mucho.
Lo que no entiendo es por qué se sigue actuando en las apariencias. No entiendo por qué no se reconoce la realidad, se eliminan tantos planteamientos caducos y se empiezan a plantear nuevas estrategias, adaptadas a los tiempos que corren, que las hay. No entiendo ese derrotismo y ese sobrevivir del dinero publico.
La verdad, Enrique, cuando miro a este país, me huele a naftalina. Aunque es toda Europa la que me huele a viejo y caduco. Necesitamos reinventarnos.
Y, por cierto, gracias por tu posición crítica en el comentario que me has dejado. Se precisan voces críticas y bienintencionadas!!!
Un enorme abrazo, querido amigo!!! (y disculpa mis retrasos, que me cuesta ponerme al día!!!)
Lo primero será decirte que no debes disculparte, los blogs amigos son como un bar, se va cuando se tiene tiempo para ir y no por eso debes beberte todas las copas de los días que no has ido.
EliminarEstoy contigo en lo de la renovación política y social de nuestra vieja Europa, querido Emilio.
Un abrazo muy fuerte.