jueves, 10 de febrero de 2022

Pongamos que hablo de infidelidades, de sus consecuencias

10 febrero 2022

- Mujer e hijos le abandonaron y ahora él vive solo en un apartamento en Las Rozas y en sus ratos libres, que son muchos, se dedica a llenar los buzones de los correo-e, mensajería y redes sociales, de todos sus amigos. Me manda fotos de sus mejores tiempos y notas con lamentos y también hazañas, del tiempo que vivió como el dueño de un harén mientras iba de ciudad en ciudad, de cama en cama y de obra en obra, hasta que su familia se hartó de él.

- Le he podido escribir que siempre apreciamos tarde lo cercano, muy cercano y buscamos en calle, casa o cama ajena, lo que casi nunca mejora nuestro camino en la superficie de la vida. La estupidez humana nos hace así, pero parece que es algo irrefrenable, es como cuando le dices a tu hijo que no debe comer muchos caramelos pues se le caerán los dientes y/o le dolerá el estómago si se pasa con ellos. Muchos de mis amigos si hubieran sabido mantenerla dentro del pantalón cuando salían de casa, ahora no se verían como se ven, sin dientes en el alma y con el corazón lleno de dolores y amarguras incontenidas.

- Mientras mostraba las fotos en mi PC de mano a mis tertulianos cafeteros de hoy y les leía el borrador de esta bloguería, uno de ellos, el más golfo y guaperas setentón del Barrio de Portuarios, me dice: “Mira, Enrique, a mí que me quiten lo "bailao" y además no hay hombre infiel, solo lo es el que le pillan en ello” 
Con amigos así, no hace falta irse a África ni al Bronx para buscar historias de soledad, amor perdido y vida tirada a la basura, ¿verdad?
- Pongamos, pues, que hablo de … la soledad, de cómo se puede llegar a ella de actos que realizas sin darte cuenta o, aún y dándote cuenta de ello, no analizaste las consecuencias.

- A los viejos es difícil hacerles reconocer sus errores, los cometidos a través de toda una vida loca de tentaciones, y esperar que con ello reconduzcan su vida en la dirección adecuada, pero a los más jóvenes, por favor, id con cuidado y pensad lo que hacéis antes de hacerlo, luego el arrepentimiento no basta, no se perdonan tan fácilmente los errores como siempre alguien nos quiere hacer creer. Los males del corazón dejan heridas muy profundas en la dignidad y la autoestima del herido, tanto que, demasiadas veces es irrecuperable su curación.

- Y ahora, si os dejan hacerlo, ya sabéis, respaldo de la silla de tu rincón favorito hacia atrás, respira hondo y dale al Play, es solo un poco más de cuatro minutos de música para oír y escuchar, es un tiempo reparador:


6 comentarios:

  1. Triste perderlo todo por no poderse contener, Enrique, triste y tonto a la vez.

    Qué voz, qué intérprete y qué mujer es Ana Belén!! Las veces que cuando vino con Víctor Manuel o el gran Nano los fui a ver!!

    Abrazo hasta allá, amigo. (Ojalá los pueda volver a ver!!)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Serrat creo que empieza ahora una gira de despedida, pero de Ana y Victor, no se sabe nada.
      Las tentaciones, son lo que son, amigo Carlos P., sortearlas es una suerte, caer en ellas, un común pecado de los humanos.
      Un abrazo fuerte para allá, con fuerza.

      Eliminar
  2. La infidelidad es engañarse a uno mismo Por que al fianl pierdes mucho. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente, Judit, no obstante, hasta el primer hombre de la historia cayó en la tentación. Al parecer es cosa de humanos.
      Un abrazo

      Eliminar
  3. ¡La fidelidad!...

    Si bien es cierto la mayor parte de lo que expones, y permíteme la puntualización, amigo de la vida... vivida, no lo es toda. Empezando por el hecho de que solo señalas la de una parte del género... Y como bien sabes, "ancha es Castilla".

    No podría negarse que la llamada "fidelidad" es una cualidad que, si está presente, facilita mucho las cosas. Las relaciones, la convivencia, la vida de cada uno. Pero...

    Todo ello se da, se daría, en el seno de la pareja... Que un día se formó en base a sentimientos, querencias, proyectos de futuro, puntuales, etc., etc.

    Pero la vida no es un tren de monorraíl, punto de partida y de llegada fijo.

    Paisajes diferentes a lo largo del trayecto, cambio de vías, paradas y, "viajeros al tren", entre otras circunstancias, hacen que, tal vez, la estación de destino cambie. Y ello en sí no es negativo. ¡Es la vida!

    Ya el coste que ello pueda suponer a los viajeros, es otra historia. Pero no tiene porque ser negativo. es asunto del "debe" y el "haber" de la contabilidad de cada uno en la vida.

    Y será solo al final. o casi, de las cuentas que se verá si hubo "pérdidas" o "ganancias".

    Un placer que a estas horas de la mañana motives reflexiones de interés. Gracias Enrique.

    Fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Ernesto. Tu sinceridad te distingue, siempre.
    Yo, sin que pueda contar nada más, ni deba, estará de acuerdo en este corte de tu comentario: "Pero no tiene por qué ser negativo. es asunto del "debe" y el "haber" de la contabilidad de cada uno en la vida."
    Gracias, otra vez, un abrazo muy fuerte, Ernesto.

    ResponderEliminar