lunes, 14 de diciembre de 2020

Una mujer "sen" y las madrugadas de la Huerta


Julia Gorbachenko

14 diciembre 2020

El tío de Juanica, (la cocinera ateniense que hace las mejores paellas gitanas del mundo terrestre), se nos arranca esta madrugada con unas palmas muy al estilo de su Jaén natal y con un "Cantejondo" propio del mismo Camarón pero con cierto deje de la tierra de la Huerta que le hace propio del mejor aplauso al segundo Belmonte* de la madrugada.

Pero hoy, en pleno cante madrugador, ha aparecido la niña del bar de la curva que venía de una larga y tormentosa noche de amor loco con un vecino, según le anduvo contando a La Mariuska, que siendo ella, (la Mariuska), nacida dentro del más profundo y duro "calor" siberiano, abunda por esta tierra desde que su padre, nacido en Beniajam y excombatiente republicano en la guerra del 36, volvió a España en el 79 una vez muerto el Dictador.  Pues katya, que así se llama la niña de "la curva" - y de las curvas objeto de perdonable pecado - se nos sienta en la mesa de al lado del que le atiza al cante jondo y sin preocuparse, en modo alguno, por su descarada a la vez que despreocupada, forma de cruzar las piernas, mostrando más carne que tela, y tras un largo y extraordinario tiempo muy vivo y plácidamente disfrutado por todos mis "compas" de café madrugador, la niña, ante el último suspiro profundo del, "Prendas" - (que es el mote del cantaor y tío de la Juanica) - se puso de pie, zapatos con taconazo en mano, dejando ver su arrugada falda cinturón; su pelo negro azabache muy alborotado; su escote bajero; su rimel derramado; su mirada de vicio sensual, (muy sen), y declarando su incontrolado y nocturno enamoramiento, se abalanzó sobre el impasible y agotado cantaor y semi arrodillada ante él, le soltó un boca a boca al amparo del pecaminoso silencio de la madrugada tabernaria del Ateneo de la Huerta y ello siempre aprovechando el descuido de los vigilantes de la odiosa moral de los justos, pero tal fue el morrazo que nos dejó a todos como si eso fuera una visión de lo infinito, de lo inalcanzable ... de lo perversamente mundano e imposible incluso de soñar en nuestros mejores sueños. Una madrugada de visión y sentir inolvidable.

Luego, sin ser muy espabilado, Josete, (el hijo del que fue alcalde pedáneo en los ochenta de la cosa pedánea), nos dijo: "¡La leche! el vecino que contaba Mariuska era él, el Prendas ... ¡¡¡¡ que hijo... !!!!"


*: El Belmonte es una bebida para machos muy huertanos a base de coñac, café, poca leche condensada y alguna cosa más que no soy capaz de reconocer, pero que te hace ver el mundo de otra manera de inmediato.


 

4 comentarios:

  1. Solo intuyo que "La Mariuska" y el" Belmonte " hicieron estragos en unos cuantos!!! jajajajaj Saliste ileso??? jajajajja
    Espectacular!!!
    Tus anécdotas son magistrales... Gracias por cada relato querido Enrique!! Ten un dia precioso!abrazo grande!!!

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    1. Gracias Eli, qué sea, también, un día luminoso para ti.
      Un abrazo

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  2. Paso a leerte y sonrío al hacerlo. Un buen relato amigo. Saludos.

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    1. Bien, entonces objetivo cumplido. Escribimos para ayudar a provocar una sonrisa, Sandra.
      Un abrazo de martes

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