martes, 4 de agosto de 2020

Los olvidados y los malditos que olvidan


Fotografía de Cristina García Rodero

04 agosto 2020
– Sales a la calle y sin darte cuenta actúas como si fuera un día normal y no, no es el caso, hoy es un día cualquiera del mes de agosto donde todo el mundo hace vacaciones menos los "olvidados". Antonio te mira y te hace cara de pregunta: ¿Qué coño haces aquí hoy, Enrique? – No sabes que decir, lo de ponerte los calcetines ya no es, al parecer, el principal problema – No, Antonio, es que pasaba por aquí y me he ido a ver a Cohonesto que es mi vegetal favorito.
– Sigues, aparcas frente a la tienda de La Primitiva y no te acuerdas de que hoy no hay que hacerla. Vas a la cafetulia y solo quedan, hoy, allí, los espaldas mojadas del olvido, jubilados sin hogar y los que tienen la familia en Londres, (donde los mandaron a estudiar hace quince años),  o en el olvido, que es ese lugar donde viven algunos a los que, nunca,  nadie sabrá por qué los mandaron allí. Hasta la Loli te pregunta; ¿Y eso, Enrique? – Nada, Loli, he venido por las verduras y me he pensado que era un día cualquiera de un mes normal.
– Hoy es un día cualquiera del mes de Agosto y yo tengo mucho que hacer, si, en un rato se me inunda la vida de enanos-e hablando como posesos por el hangouts y yo, sin poder evitarlo, me acuerdo de los que viven en ese lugar, sÍ, en el Olvido, y ahora me acuerdo de todos, para que todos hagamos un análisis de nuestra agenda, para saber a quien tenemos allí, en el olvido, sin que hayamos sido capaces de saberlo.
- Y yo me pregunto: ¿Qué habrán hecho esos pobres setentones para que nadie se acuerde ellos? En invierno sirven para llevar los niños al colegio o para hacer de nany en las noches del sábado o para "Papá puedes ir a comprar hoy al Mercadona, yo estoy en Cartagena y Carmen en Valencia y, ah, recoge a los niños, por favor, salen a las seis".
- Pero no deben preocuparse mis olvidados, no, cuando falte uno de los dos, se partirán el alma sus niños para cobrar la herencia con rapidez, para venderles el piso, quedarse el dinero para administrárselo mientras le buscan hueco en alguna Residencia de Tercera Edad que no cueste más de lo que el que quede vivo cobre de pensión o viudedad.
- ¿Olvidados? ¿Malditos los que olvidan?

4 comentarios:

  1. fascinante tu relato maravilloso querido
    un gran abrazo desde la caliente y Pandémica Miami

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    1. Gracias querida Mucha, pro aquí es casi lo mismo, los rebrotes están saliendo por todas partes aunque por aquí, en el levante sur de la España de mis amores, no estemos en la cresta de la ola. Se ha decidido que la economía prevalezca sobre la salud de los más viejos y en eso están, en eso y en dejar que los chiquillos campen a sus anchas de borrachera en borrachera, de fiesta en fiesta y de desafío en desafío. La actitud de esos jóvenes y la de algunos gobernantes que lo consienten, es repugnante.
      Un abrazo linda poetisa y mucho ánimo.

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