26 enero 2020
– Juan estaba muy feliz esta madrugada porque a sus 72 ha comprado un super smartphone, un iPhone X, y le han admitido un pago en 48 mensualidades sin ninguna garantía adicional, solo un número de C/C. Ante la cara de sorpresa de todos, Juan nos dice: “Habrán pensado que tengo toda una vida por delante“. – Leonor le aclara nuestros gestos con un … “¿Para qué quieres tú un iPhone a tu edad?”.
– Más tarde es Leonor la que nos aclara las cosas sin que sepa que lo está haciendo, cuando nos cuenta que su hijo y su nuera, con los niños, se van a pasar las vacaciones de invierno a Canarias y que no podrán llevarla con ellos, cómo hacen otros años cuando se trata de llevarla en el coche a Salamanca a la casa del pueblo y eso es casi gratis. Pero, ah, eso sí, le han dicho, en tono muy cariñoso y hasta romántico, si podrían recibir un adelanto de la herencia pues ahora con los gastos del Colegio y las clases extras y … el viaje, claro, necesitaban un empujón … “¿Qué son para ti cuatro mil euros de nada, mamá?“
Unas veces es la telefónica de turno y otras son las gentes más cercanas, pero unas el amor comercial del empresariado salvaje y otras el incomparable amor filial, hacen que los mayores, nuestro mayores de hoy, por una u otra razón, se hayan convertido en prescindibles para casi todo pero tan adorablemente necesarios, también, para casi todo lo demás, especialmente para lo más tangible y pagano.
Por tanto hagamos aquí un sabio reconocimiento expreso y manifestemos el necesario respeto para esa generación que ha sido esclava para el cuidado de sus ancestros y que ahora lo es de casi todos los que vienen. Un inmenso logro y todo un extraño e inesperado, honor.
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