16 abril 2024
- La historia que voy a relatar aquí, aún y basada en hechos reales, mantiene a sus personajes con nombres absolutamente imaginarios al igual que lo son los nombres de las ciudades y lugares que se mencionan y que nada tienen que ver con la realidad del lugar que se cita. Yo aún era cincuentón y el mundo se me abría de modo que todo parecía estar a mi alcance. Viajé mucho y aprendí, también, mucho:
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- Alberto estaba tocado, quiero decir que no tenía buen aspecto, barba de dos días y cara de haberse tomado ocho carajillos y ningún bocata, ni nada parecido en mucho tiempo.
– “Qué quieres que te cuente, Henri, cuando tú te volviste de Lanzarote para La Terreta, yo me marché a Formentera con aquella chica peruana de los mesones de Puerto Naos, monté una empresa de servicios y con ello un lío espectacular con varias empresas y también me las tuve con dos novios que le salieron a María Elena pues ya sabes como estaba la niña”
– ¿Estaba?
– “Si, me dejó o la dejé, eso era la casa de todos, allí había más copas y más alterne que en los bares de alterne de la Castellana tras una cena de empresa.”
– Pero tú estabas casado Alberto, ¿qué pasó?
– “Pues que un día me enganchó Rosa con la María Elena en casa, tuve mala suerte, era un día que ella se puso mala y volvió antes de la hora a casa y me pilló. Pero daba igual, no nos iban las cosas bien, yo me pasaba la vida viajando y ya sabes lo que es eso, me convertí en una especie de marinero que busca amor en cualquier puerto”.
– Pues sí es mala suerte, amigo, pero me parece que es la que te buscaste.
– “Puede, Henri, pero lo peor vino después, cuando María Elena me dejó, tuve que hacer frente a tres denuncias por agresión, una a ella y dos a cada uno de sus dos novios, uno quedó maltrecho, pero tuve suerte y no me enchironaron de milagro, los chicos eran simpáticos y agresivos morenos que venían de la Cuba castrista y el juez, ya sabes como resuelven estas cosas”.
Le miraba y no me lo creía
– ¿Como se puede acabar así, Alberto?
– “No lo sé”.
– ¿Y ahora qué haces?
– “Pues nada de nada, me he venido a la Costa Blanca siguiendo a mi chica, una Murciana que vive en Mutxamel y que ahora está ahí, en el seguro haciéndose pruebas, estoy jubilado, me pagan 1.875 € y con lo que ella saca acompañando a ancianos con pasta vamos tirando”.
– Pero, ¿y todo lo que ganaste: tu casa, tu Mercedes tu apartamento en Arrecife, que pasó?
– “Me arruiné en Formentera con la empresa que tenía y lo perdí todo y, además, tuve que afrontar indemnizaciones para María Elena y sus cubanos castristas para que retiraran las denuncias. Luego mi mujer se cebó conmigo a la hora del divorcio y lo peor es que ni ella ni mis hijos me hablan y ni siquiera quieren saber de mí”.
– Unos minutos más tarde, apareció ante nosotros una impresionante y joven morenaza (la murciana de Mutxamel), que le estampó dos extraordinarios y largos "morrazos" al sonriente Alberto y tras un breve "encantada señor" y un "hasta pronto, Henri", ambos salieron del Ateneo cogidos de la mano rumbo a su mundo feliz.
- Mientras los vi alejarse, pensé en ese viejo y corto pensamiento de que la esperanza es el sueño del hombre despierto y que para ser feliz no es necesario tener grandes conocimientos de filosofía moderna, ni de álgebra aplicada al movimiento de las estrellas, precisamente.
Y para complicarse la vida de una forma increíble, veo que tampoco hace falta saber mucho de la vida, del amor, o de filosofía, querido Enrique. Qué raro!!! La sencillez de lo complejo!!! O la complejidad de lo sencillo??? Pucha!!! Ya estoy filosofando!!! Jajajaja
ResponderEliminarEn fin, cada cual tiene su forma de plantearse la vida, pero me temo que no le envidio (al menos de momento)
Puerto Naos, amigo mío??? Tuvistéis algo que ver con la construcción del Hotel Sol de La Palma? Maravilloso lugar... Hasta subí un vídeoa Youtube de un atardecer hecho allí (lo mejor, la música, por supuesto...). Hay lugares inolvidables...
Gracias por dejarnos tus reflexiones sobre la vida, tan llenas de sabiduría.
Un enorme abrazo, querido amigo!!!
Solemos complicarnos la vida sin darnos cuenta, amigo Emilio, así es mi excompañero y amigo. No, yo estuve en Lanzarote tres años para construir dos importantes edificios, uno fue el Hotel Teguise Playa y el otro un Resort Aparthotel en Matagorda de unos doscientos apartamentos, si no recuerdo mal.
EliminarLa vida es, siempre, bella, querido amigo, saberla aprovechar una suerte, un lujo y un don ... a veces una pura casualidad.
Un fuerte abrazo, poeta enamorado.
Todo influye, amigo mío!!! La vida es un conjunto de fuerzas en constante cambio. ..
Eliminar... que debemos asimilar y a acomodarnos a ella sin remedio.
EliminarComo decía una amiga (creo que la misma que la de los "tropecientos mil"), "talmente..."
EliminarBien resumido.
EliminarMientras seas feliz que importa lo demás. Te mando un beso.
ResponderEliminarEsa es una positiva actitud de pensamiento, Judit.
EliminarUn abrazo, superescritora.
Cuando se pierde la cabeza, que es casi lo único que no hay que perder! Un abrazo Enrique!
ResponderEliminarUn mal muy extendido, María Cristina, quizás un extraño sentido de la moral o la vergüenza esconde muchas de estas situaciones que algunos, por suerte, lograron superarlo y hasta olvidarlo.
EliminarUn abrazo.
Hey, Enrique, querido amigo!!! Está todo bien o, al menos, controlado??? Ya es raro que te retrases en actuaizar los comentarios...!!!
ResponderEliminarUn abrazo de esos enormes... y más que enormes!!!
Todo bien, Emilio, quizás hay retrasos cuando tengo que viajar para ver a mis nietos y pasar días u horas con ellos.
EliminarGracias por preocuparte.
Me alegro!!!! Y gracias a ti!!!
EliminarUn fuerte abrazo, Emilio. Eres una gran persona
EliminarSi así fuera, que no creo, no mas grande que tú!!! Es lo que tiene ser vagabundo y soñador, que no da para más que para llevar a cuesta los trastos como se puede...
EliminarDejémoslo en un contemplativo bidireccional, querido amigo.
EliminarMuchas veces recogemos lo que sembramos.
ResponderEliminarUn beso.
Totalmente de acuerdo, Amiga Ilduara. Quizás sea por edad (la mía), o porque he vivido mucho, conozco a muchos casos como el que hoy he relatado aquí.
EliminarPienso que, no obstante, bien está lo que bien acaba ... o así se crea.
Feliz miércoles.
Un relato interesante, y entretenido. Y real como la vida misma. Y hasta gratificante...
ResponderEliminarPues si al final de tanta aventura/desventura todavía contaba con los labios murcianos de turno, ¡ni tan mal!
Ya lo del álgebra, no sé dónde situarla... :))))))
Abrazos Enrique.
Jajajajaja, labios y álgebra no son, necesariamente, compatibles, aunque tampoco son incompatibles.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Ernesto.
La vida nos pone mujeres que no sabemos, si vienen por plata, o por hacernos felices con sus ternezas. El albur amoroso. Saludos, Enrique.
ResponderEliminarCarlos
Una lotería, no obstante, y por resumir, sin amor no hay vida, querido amigo, la plata ya es algo del pasado o de mundos muy superficiales y de mucha altura.
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