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30 enero 2024
- Una señorita de muy buen ver, en un Avión de Miami a Venezuela, sentada al lado de un cura, le dice:
- Discúlpeme, Padre, ¿le puedo pedir un favor?• Claro, hija, ¿qué puedo hacer por ti?- Compré en Miami un secador de cabello sofisticado, maravilloso y muy caro. Y realmente sobrepasé los límites de la declaración. Estoy preocupada por la aduana. ¿Sería posible que Ud. pudiera llevarlo debajo de su sotana?• Claro que puedo, hija, pero tú debes saber que yo NO Puedo Mentir.- Tranquilo padre, usted tiene un rostro tan honesto que estoy segura de que ellos no le harán ninguna pregunta. Y le dio el secador.
- El avión aterriza y cuando el cura se presentó en la aduana, le preguntan:
¿Padre, tiene algo que declarar?
- El cura rápida y decididamente respondió:
- Desde lo alto de mi cabeza hasta mi cintura, no tengo nada que declarar hijo.
- Encontrando la respuesta algo extraña, el fiscal de Aduana preguntó:
¿Y de la cintura para abajo, qué es lo que Ud. tiene?
- Tengo un equipo maravilloso, destinado al uso doméstico en especial para las mujeres, pero que nunca ha sido usado…
- Muerto de risa, el fiscal exclamó:
Puede Pasar, Padre
- Moraleja: La Inteligencia Hace la diferencia. No es necesario mentir, basta con escoger las palabras correctas para seguir tu camino.
Jajaja, así es, escogió estupendamente las palabras, y con templanza, porque las precipitaciones, delatan, :))).
ResponderEliminarMuy bueno Enrique.
Un cuento con mensaje muy válido, Elda. Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarUn fuerte abrazo.
Este es un país de picaresca. De vivir Lázaro de Tormes encarnaría perfectamente al clérigo y pasaría por Aduana el secador sin problema. Claro que el problema de este país es que estamos orgullosos de la picaresca y así se la juegan a Hacienda, por ejemplo, cuando Hacienda somos todos.
ResponderEliminarUn beso.
Acornadamente, amiga Ilduara, este relato es solo un cuento, la realidad es mucho más cruda, aunque es cierto que la picaresca desarrolla la inteligencia y, especialmente, en las cuestiones del engaño a la Caja de Todos y que tanto se practica, cuasi impunemente, en este País.
EliminarUn abrazo de miércoles.
Bien hecho, Padre, siguió al pie de la letra las instrucciones y modus operandi que alguna vez le fueron enseñados y que tantas veces esgrimió entre sus feligreses...
ResponderEliminarAbrazazo hasta Alicante!!
Gracias, amigo Carlos Perrotti, es cierto que la inteligencia siempre hace la diferencia.
EliminarUn fuerte abrazo que va hacia a esa querida tierra en la que vives.
Jajajajajajajaja
ResponderEliminarGenial, querido Enrique!!! Un chiste digno de ser contado. Me he reído con ganas.
Bien pensado, hay que ser muy inteligente para encontrar la manera de entrarle a la vida, pero también para tener tan buen sentido del humor.
Un enorme abrazo, querido amigo!!!
Gracias, Emilio, últimamente me estoy refugiando en este tipo de publicaciones, así evito tener que afrontar la realidad propia o, al menos, dejar de "predicarla" lo cual, de modo inevitable, me sale apenas empiezo a escribir.
EliminarUn fuerte abrazo, poeta enamorado.
Genial el cura, porque en su metafórico estaba diciendo la verdad, otra cosa que los aduaneros, interpretaran los símiles en connotación sexual. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarY por ello serán condenados a ir a los infiernos más crueles, Carlos Augusto (jajajajaja).
EliminarUn abrazo, poeta.
Muy bueno y muy bien elaborada la respuesta.
ResponderEliminarEs que los curas tienen mucha "escuela", Tracy.
Eliminarjajaja, muy bueno Enrique, hay que tomar ejemplo para salir de estos bretes, un abrazo!
ResponderEliminarEl don de la palabra bien representada es escaso, pero tremendamente útil para quien lo posee.
EliminarFeliz miércoles, María Cristina.
Y yo me pregunto: ¿Qué hubiera ocurrido si en lugar de ser "un" fiscal de aduanas hubiera sido "una fiscala" de aduanas? Quizás el final sería diferente, y mucho más gratificante para fiscala y cura :)
ResponderEliminarTienes razón, Diego, voy a llamar a mi amigo el cura y le preguntaré.
EliminarUn fuerte abrazo ... de jueves.
Un cuento creativo amigo mío.
ResponderEliminarY el cura "no" mintió, pero...
Mi amigo José Luis, hombre sabio por lo vivido, diría: ¿y la intencionalidad del cura?
No mintió. Pero tampoco dijo la verdad! :)))))
En fin, aquí lo dejo...
Abrazos Enrique.
Bien expuesto, amigo Ernesto. Los que mejor saben hacerlo son, además de los curas, los políticos, son unos maestros.
EliminarUn fuerte abrazo.
Caray con el curita que geniosa y buena respuesta dió. Genial imagen y relato.
ResponderEliminarBuen fin de semana Enrique.
Un abrazo.
Gracias, Laura, eres muy amable.
EliminarFeliz fin de semana