Fotografía de Henri Cartier-Bresson
02 julio 2023
- Era muy tarde, cerca de las dos de la madrugada y XXX quiso contármelo:
– “Mira, Enrique, viajar mucho profesionalmente hablando, como tú bien sabes, nos condena a ser unos golfos en potencia y si además eres el jefe del equipo, aún más. Para mi mujer todo ser con faldas de mi entorno se acostaba o se iba a acostar conmigo con solo hacerle un gesto y yo, aunque no diga que no, quiero decir que no pongo la mano en el fuego de que hubiera podido pasar, diré que no pasó nunca. Risas, largas noches de marcha, mucho copeo, mucha comidita, mucha juerga, pero nada más, solo amistad y aunque fuera mucha, nunca acabó en cama hotelera jamás. Pero mi mujer nunca lo creyó. Ahora, una vez me he jubilado, ya hace unos años, desde ese mismo momento en que ya no salgo de casa más que para ir a comprar el periódico o para darme un paseo por la Playa de Valencia, no hago nada más que pueda ofender la moral o la vista de nadie. Pero mi mujer se está tomando su venganza en plato frío. Me trata como a un perro casero que ha mordido el sofá, me habla con desprecio, me ningunea y siempre me reprocha todo lo que hago, todo lo hago mal … es su revancha. Ah, además, constantemente hace referencia a tíos golfos y desaprensivos que le han puesto los cuernos a su santa mujer y ahí están, viviendo con la joven de turno mientras su santa exmujer pasa penas y estrecheces propias de su golfo exmarido … un martirio diario, querido amigo y yo, sí, no sé qué hacer”.
- Cuando terminó, todos (los de de la mesa de los viernes), se quedaron atónitos, pero yo me acerqué sigilosamente a su oído bueno y le dije en modo susurro:
"Perdona, XXX… ¿Y tú por qué lo aguantas? ¿Por qué no te rebotas, la llamas al orden o le pides el perdón eterno? o aún más, por qué no le dices que si sigue así te irás de casa para así cumplir tu merecida penitencia"
Me contestó con un contundente:
“Porque la quiero, Enrique, porque la quiero”
Cómo duele tu entrada de hoy.
ResponderEliminarLos celos lo destruyen todo. Es muy difícil vivir de ese modo?
Querer como quiere tu amigo y celarse como se cela su mujer hace insoportable una relación.
Un beso.
Sí, Ilduara, eso creo. No sé cuál es el remedio, pero debe ser difícil.
EliminarFeliz lunes y siento que duela.
Nada peor que sufrir los celos infundados, ese amigo vive en permanente tortura, querer así en perjuicio de uno mismo no es bueno, en fin, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarSeguramente es así, María Cristina, no obstante, quizás el problema esté en cual es el principio de infidelidad. La amistad profunda, muchas veces y tanto si es entre personas del mismo sexo o no, lo provoca, no es entendible, pero existe.
EliminarSaludos.
Es terrible esos matrimonios que siguen si ya no hay amor y respeto. Ojala tu amigo te haga caso. Te mando un beso.
ResponderEliminarUna difícil situación, Judit, y muy difícil de aconsejar.
EliminarUn abrazo, escritora.
XXX se Descubre más de la cuenta! Justo hasta donde quería llegar... A día de hoy, recordando historias pasadas!
ResponderEliminarEl comportamiento de su esposa, lo conozco.
Tenía un amigo que era tal cual... Hasta el punto de que su mujer, una vez jubilado y dejado de viajar, no le dejaba ni a sol ni a sombra. Coincidíamos todos, de visita, varios días a la semana, en la tienda de otro amigo común.
¡Allí estaba ella! Sentada en una silla haciendo ganchillo...
Una vez le pregunté al de la tienda a qué se debía aquello... Me lo aclaró! ¡Tal cual!
Quiso la vida que a ese buen hombre, viajante de comercio, le diese un ictus...
La dependencia de ella se hizo casi total...
¿Hubo martirio en casa a partir de esa circusntancia?... ¡Lo ignoro!
Lo que sí sé con certeza es que si alguien le hiciese la pregunta tuya, puede que la respuesta fuese parecida... Si bien la razón verdadera sería algo así:
¡Porque la "necesito" Enrique. La necesito para todo!
Abrazos amigo.
Acertada propuesta de respuesta, Ernesto, quizás esa sea la verdadera respuesta o quizás lo sean las dos a la vez.
EliminarUn abrazo, amigo, estas realidades que se mueven en nuestro entorno próximo, antes no las veía, quizás sea posible que las produzcan los años de convivencia en una determinada mayoría o minoría de personas.
Nuestras relaciones, especialmente de parejas, están infectadas de temores y hábitos (nos hagan bien o no tanto). Que si le digo, que si no, que si me voy, que si no, que si comienzo todo otra vez, ay qué horror. Creo que decir “si, la(o) quiero” muchas veces es el resultado de pensar en “no puedo” o no soy capaz, porque de una u otra forma, para muchos, estar acompañado o mal acompañado es mejor que estar solo, más aun en una sociedad tan discriminadora en que los “solos” algo tienen, algo les pasa, de algo adolecen sin querer ver (tal vez porque su propia incapacidad) que la libertad económica y emocional es el camino para el verdadero encuentro con uno mismo. Creo que lo que nunca hay que hacer es cerrar el corazón porque una vez que eres tú, pleno(a) y comulgas tu verdad, la vida se encarga del resto.
ResponderEliminarUn gusto leer tus reflexiones amigo. Que tengas excelente semana. Un abrazo,
Paty
Gracias, Paty, tu comentario es, siempre, sensato y muy válido.
EliminarGracias.
Feliz lunes.
Otra vez me pasa creí haber comentado. Lo más probable es que no lo hayas subido jajaja. Tu amigo es víctima de celos atormentados, querer así es muy doloroso, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarMuy doloroso, María Cristina y, ah, sí habías comentado, lo que sucede es que ando muy atareado con mis visitas al SPA de la salud y a veces me tardo en activar los comentarios.
EliminarFeliz lunes.
No lo mereció ni lo merece... Sí que es jodido querer...
ResponderEliminarAbrazazo amigazo (perdona la demora en venir)
No hay nada que perdonar, amigo Perrotti, aquí se viene cuando se puede, no hay obligaciones.
EliminarUn abrazo muy fuerte
Me he reído, amigo mío!!! Perdóneseme haberlo hecho, porque el tema es muy serio, pero es una situación un tanto comica.
ResponderEliminarMe temo que XXX lleva un retraso de varias décadas en hacer las cosas lo suficientemente bien como para haber evitado la situación que vive actualmente.
Y lo peor de todo es que será verdad que ama a su esposa, pero me temo que a ella no le ha llegado bien su sentir.
Y no se trata de hacer muchos y variados regalos, amigo mío!!! Vale con amar y entregarse a amar con delicada ternura. Este es el lenguaje más bello y auténtico del amor!!!
Un enorme abrazo, querido amigo!!!
Eso es, Emilio, creo que el problema de mi amigo se llama desatención permanente.
EliminarFeliz noche, poeta enamorado.
Enrique, yo también, como tú, he viajado por medio mundo por motivos profesionales. Aparte de la riqueza de conocimientos que te da el viajar, también te da la oportunidad de tener experiencias en muchos aspectos. Yo también quería (y quiero) a mi ex-esposa, pero llegó un momento en que los dos dijimos "basta" por el bien nuestro y el de nuestros hijos. Hoy vivo con otra mujer, feliz y sin papeles, con la libertad (quizás fingida) que te da el sentirte libre. La vida sigue para todos, lo importante es no hacer ni que te hagan daño.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Enrique.
A modo de enseñanza del día, me quedo con tus últimas palabras de este magnífico comentario, Diego: " lo importante es no hacer ni que te hagan daño."
EliminarFeliz miércoles
Enrique, el amor también nos jode. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarSiempre se sufre para conseguir cualquier cosa, incluso para el amor.
EliminarUn abrazo, Carlos Augusto.
Triste vida la de XXX. Lo increible es el aguante que ha tenido y parece que aún sigue teniendo, que vida tan distinta tendría si se alejara de esa vívora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solo será el amor lo que se lo impide, Laura.
EliminarUn abrazo.