06 enero 2023
- Nuevamente quiero recordar aquí un pasaje escrito por nuestro premio nacional de narrativa que otrora me recordó otro de los momentos que siempre se pierden en el camino de mis tormentas nacidas de un sueño imposible:
“Pues sí, hay días en que me viene un fuerte deseo de repetir el destino de Robinson Crusoe; de estar solo en una isla desconocida para los cartógrafos; de experimentar por vez primera la rara sensación de no formar parte de una plaga; de no ser conminado a interpretar un papel en las excesivas y, por lo general, sangrientas utopías de mis congéneres; de rehacer a mi manera la civilización; de crear una ciudad con cuatro ramas y cuatro piedras; de ignorar la prisa, el dinero, las relaciones públicas; de perder de vista para siempre al violento, al racista, al codicioso, al pelma; de vivir en paz; de morir en paz -como decía el poeta- al atardecer, a ser posible con la cara vuelta hacia el océano.”(Fernando Aramburu)
Cuatro de mis mejores refugios
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Se contagian esas ganas...
ResponderEliminarSaludos.
Así es, TS, así es.
EliminarSaludos.
Excelente, Enrique!!! Me alegra que hayas traído aquí un texto tan claro y contundente que no conocía. Nunca he leído a Aramburu, que yo recuerde.
ResponderEliminarMe sumo a lo que dice este hombre. Yo pasé del entusiasmo por "lo social", "lo político", "un mundo mejor", aún adolescente, al desencanto en la juventud. Siempre busqué nuevos entusiasmos a los que entregarme. Y los grandes siempre me fallaron, supongo que tiendo a la utopía. Y como no puedo vivir sin la utopía, al final me fui concentrando en lo que yo puedo hacer. Y así fue naciendo el concepto del "mar interior", ese lugar donde podemos encontrar la serenidad, la energía y la inspiración para vivir nuestra esencia en cualquier entorno. Un mar interior en calma frente al siempre agitado mar exterior, que es el mundo. Un mundo interior con mucho por construir, renovar y mantener, donde siempre seremos Robinsones.
Y te digo algo que supongo que ya sabes: si no crecemos interiormente no sabremos encajar en nuestra vida la realidad del mundo, sin olvidar que la respuesta a este reto es totalmente concreta e individual. Nadie más que nosotros tenemos la solución.
Gracias y un enorme abrazo, querido amigo!!!
Crecer interiormente, amigo Emilio, no es algo que se pueda medir como el colesterol o la bilirrubina, estando de acuerdo contigo, como no, lo difíocil será saber si de verdad estamos creciendo o no interiormente. Yo, a mi edad, solo creo en los dos únicos conceptos que sí puedo medir y que entiendo, son la felicidad y el amor, esos dos conceptos son cuasi tangibles si existen.
EliminarVivamos, querido amigo, ese es mi deseo para este año que ahora empieza, lo dije la misma nochevieja al tomarme las uvas y lo mantengo.
Gracias, Emilio, por estos excitantes y magníficos comentarios.
Feliz sábado.
Yo tambien he tenido ese deseo, te mando un beso. Ten un feliz día de reyes.
ResponderEliminarQuizás Aramburu supo interpretarnos a todos, amiga Judit.
EliminarUn abrazo, escritora.
No lo conocía. Buscaré más sobre él... Sin duda, toca una cuerda sensible y muy íntima, provoca identificación...
ResponderEliminarAbrazazo, inspirador amigo. Muy agradecido.
Inspirador halago, querido amigo Perrotti.
EliminarUn abrazo grande, amable amigo.
¿Qué es un pelma, Enrique?
ResponderEliminarExcelente texto amigo. Con la claridad y buen hacer de siempre. Cosa de agradecer en estos lares como bien sabes!
ResponderEliminarResulta tentador ese "estar solo en una isla desconocida", pero no, en mi caso, por mucho más allá de unos días...
Soy de campo y soy de isla (esta mía algo bulliciosa, en exceso tal vez), pero por lo demás me gusta la compañía, algo de "ruido", un "disculpe", si a donde quiero alcanzar está lleno de gente, y hasta un golpecito en la espalda para que yo mismo me aparte...
Pero sí, me apunto a lo del atardecer, y si es con la cara vuelta al Océano, miel sobre hojuelas.
Significará que las lecciones de vida han sido trascendidas!
Abrazos Enrique.
Eres tremendamente especial, amigo Ernesto. Esperemos que así sea, que sean trascendidas.
EliminarUn abrazo tranquilo, de sábado tarde.
Sabio Aramburu . Sería muy hermosa esa muerte Enrique. Que gran libro Patria. Tal cual para el que ha vivido la locura de esos años...
ResponderEliminarÜn abrazo.
Así es, Laura, Aramburu es alguien que aún está a medio camino de ser descubierto como merece. La muerte es una de esas certezas para la que no conviene tener prisa por encontrarla.ç
EliminarFeliz martes.