Fotografía de Ernst Haas (Rojo)
19 septiembre 2022
- Hace algunos años, no sé, quizás siete u ocho o diez, no sé, escribí un texto que, seguramente, plasmaría en alguna de mis ventanas-e, pero hoy lo he encontrado en un archivo Word de cortes de pensamientos extraídos de un sueño para guardar e incluir en algún texto y me voy a permitir copiarlo aquí.
- Como diría nuestra dulce Lu, "espero que les guste":
¿Cómo fue que un día el niño se me hizo hombre y al otro se fue de casa?; ¿cómo fue que un buen día me di cuenta que tenía canas … muchas?; ¿y cómo no supe darme cuenta de que los ojos se quedaron atrás en el espejo?; o ¿cómo fue que no me di cuenta de que las manos, las mías, cada vez se parecían mucho más a las de Él (mi Padre) que a las mías que mostraban ese rosario y un misal el día de mi primera comunión?; ¿cuándo fue que me di cuenta de que cada día dormía menos horas y que el sueño era solo algo reservado a las noches de días muy largos?; ¿y por qué no supe ver que ellos se fueron esperando, siempre, que algún día fuera a verlos fuera de la Navidad?; ¿por qué ella siempre me ha querido y yo nunca he reparado en sabérselo decir a cada instante y, especialmente, cuando cogía un avión para irme a Gabón o a San Marino para no volver jamás de aquél encierro profesional?; ¿Por qué nunca se lo dije? ¿Por qué no supe hacerlo? …
- No siempre hay bendición y perdón a nuestros pecados y es así, somos humanos, somos de carne y hueso y ni somos repartidores de fe, ni muchos menos somos dioses para poder soportarlo. Quizás algún día los humanos sepamos pecar sin tener que convivir con el tardío arrepentimiento, aunque, como no, lo mejor sería todo lo contrario, es decir, dejar que el arrepentimiento fuera un pecado.
- Como "arrepentimiento" final, y como diría nuestro Ernesto, vivamos hoy, lo demás no existe.
El sábado mi hija mayor se me casó y me ha dolido ...
ResponderEliminarHoy mi pequeña hija presentó su examen profesional de medicina, en breve también se marchará, estuve con ella feliz, pero contradictorio me siento rota
Ahora creo que pude haber dado más o quizás que el tiempo fue poco, toca seguir.
¡Vivamos hoy ...!
Una bonita reflexión, me identifiqué en mucho
Un beso, Enrique
Quizás sea así como dices, MdN, quizás creamos que no lo dimos todo, que dejamos muchas cosas para hacerlas más adelante pues los tenemos ahí creyendo que ahí estarán eternamente y cuando queremos darnos cuenta ya no están.
EliminarParece que esa sensación se repite y se repite en cada generación sin solución que lo repare en el tiempo, nio en las formas.
Un abrazo, MdN
Enrique lo que escribiste hace años, poco a poco se ha ido convirtiendo en realidad,
ResponderEliminarY ahora tenemos que vivir el momento.
Así es, Tracy, esa es la realidad. Permanece.
EliminarUno de los males de lo cotidiano es que se vuelve tan repetitivo que apenas nos damos cuenta de los cambios. Seguimos un guión que ha calado en nuestra mete más primitiva y nos guía, muchas veces sin saber dónde vamos o dónde queremos ir.
ResponderEliminarCuando te leía, he recordado un descubrimiento hecho hace muy pocos meses: el alma no tiene edad. La esencia emocional de nuestra vida solo reconoce matices en su cambio, excepto si hay daños emocionales graves. Por eso, emocionalmente cambiamos poco a lo largo de nuestra vida. Solo los torpes adultos ocultamos este hecho, como si nos fuéramos a morir de infantilismo. Y sin embargo, niños y ancianos, ambos sinceros por distintos motivos, muestran su más sincera emocionalidad.
Somos testigos del correr del tiempo solo por el envejecimiento de nuestro cuerpo, pero también por las huellas que dejan las heridas emocionales en nuestra sensibilidad. Nuestras torpezas no son emocionales, sino mentales. Esta primitiva mente nuestra que no ha evolucionado en los últimos 40.000 años pero que me temo que obsesiona nuestra voluntad con falsos ídolos, como el prestigio, el poder, la competitividad, etc... Nuestra mente sigue siendo útil para muchas cosas, pero no para crear una sociedad mejor, un mundo más ano y unas relaciones interpersonales regidas por la afabilidad, la cooperación y la solidaridad.
Tendremos que esperar otros 40.000, tal vez...
Como siempre, un delicioso placer leerte, Enrique. Leerte, y pensar contigo!!!
Un enorme abrazo, querido amigo!!!
Gracias, amigo Emilio, un placer bidireccional (leerte).
Eliminar40.000 años no es nada.🙌
Un abrazo muy fuerte y gracias por estar aquí, ayuda.
No sé por dónde preguntarte qué tal estás, y qué tal esas pruebas médicas???
EliminarHola, Enrique. Que estés de lo mejor, un saludo.
ResponderEliminarGracias, Alexander, solo resistiendo, no hay otra.
EliminarUn abrazo muy fuerte
Tiene razón Ernesto. Hay que vivir el presente. Somos las decisiones que tomamos buenas o malas. De nada sirve arrepentirse. Te mando un beso.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, amiga Judit, así empiezo a verlo yo, ahora, a mi edad.
EliminarUn abrazo, escritora.
Va pasando el tiempo y nosotros vamos cambiando.
ResponderEliminarCuando miramos atrás nos arrepentimos de muchas cosas... pero también es cierto que nosotros éramos otros... y la vida que llevábamos también.
Besos.
Es cierto, TS, somos nosotros los que cambiamos.
EliminarFeliz martes
jaajjajaajjajaja...
ResponderEliminar¡Vaya por delante!
Salgo de casa ahora. Comentaré luego...
Abrazos a los dos.
Aquí estamos, viviendo el momento, Ernesto.
EliminarAbrazo tardero
Vaya si de lo que debemos arrepentirnos es de no haber vivido, porque en el fondo no hemos sido tan distantes de los hijos, de la familia que, si hemos faltado es por el trabajo, pero hemos cumplido. Y ahora, me echo entre pecho y espalda, un amarillito. Salud, Enrique.
ResponderEliminarCarlos
Bien hecho, Carlos, salud, vivamos y hagámoslo sin más.
EliminarFeliz miércoles
Bien has relatado ese cómo fue... Y sin apenas enterarmos estamos viéndonos como hace nada veíamos a nuestros padres. Los hijos vuelan como volamos nosotros. Y cuando nos ponemos a pensar que hemos podido dar más y no lo hemos dado, aún podemos hacerlo no lo dejemos para mañana. Vivamos el momento.
ResponderEliminarHe tenido problemas con blogger, no me dejaba entrar en los blogs. Parece que de nuevo está bien.
Buen miércoles Enrique.
Un abrazo..
Perdona la demora en venir a leerte, amigo. Lo que me estaba perdiendo... A mí que me fascina y me sale escribir sobre el Tiempo, intentar desentrañar sus atributos y secretos, pero claro... tu prosa me enseña que nunca siquiera logré hacerlo de esta manera y con tanta envidiable profundidad y emoción para provocar (el sueño de todo el/la que escribe) identificación en el lector.
ResponderEliminarAbrazo admirado una vez más!!
Así es como fue que...sin saber los años nos han pasado volando y hemos visto a los hijos "volar" como volamos nosotros y también quedarnos huerfanos al ser ya los mayores ... Por eso. decir a cada instante y no guardar... Aprendamos a vivir.
ResponderEliminarUn acierto rescatar el texto.
Buen jueves Enrique.
Un abrazo.
Algo pasó con mi comentario tras este texto conmovedor, amigo. Tal vez fue a la casilla del spam... Abrazazo!!
ResponderEliminarLo siento, no estoy bien. Estaré un tiempo ausente.
ResponderEliminarGracias a todos