jueves, 14 de abril de 2022

Escuchar

Fotografía de Oriol Maspons
 

14 abril 2022

- Te pones a buscar soluciones a todas tus actividades del día y, zas, no lo puedo evitar, tengo toda la prisa del mundo y todo eso, pero me tengo que parar, me encuentro con ese amigo de los 90 que en General Shelly, pasábamos las noches más largas de nuestra vida y las de cualquier terráqueo normal, en aquella época. 

- Es increíble la capacidad creativa que genera en mi interlocutor esa pequeña frase hecha, lanzada de modo cortés y protocolaria, solo un simple “¿holaquetal?” genera media hora de incontenible verborrea que se me hace insufrible, no por la decadente poca gracia de mi interlocutor, lo es por la prisa que tengo y porque, seguramente, soy un egoísta. 

- No puedo ni meter baza, ante un “tengo aquí un bulto”, que puedo colocar en la conversación, mi amigo me muestra veintidós bultos, tres hernias discales, una cicatriz que le parte el pecho y hasta me saca las pastillas para ponerse debajo de la lengua pues ya lleva tres operaciones de corazón y un marcapasos.

- Al rato, y una vez veo que ya no llegaré a tiempo a mi cita en el Banco, me doy cuenta de que soy un egoistón, solo me interesa lo mío y mi amigo está necesitado de que alguien le escuche. 

- Entonces. dando por perdido mi protocolo agendario de esta mañana, propongo que tomemos un café juntos, le cojo del brazo y entramos en el primero de la primera esquina, me dedico a simular atención e, incluso, se la presto, mi amigo cuenta cosas curiosísimas, me dedico a escucharle y observo que no dice tantas tonterías como pensaba, veo que está muerto de miedo porque la vida se le escapa, escucho que sus hijos están pasando una mala racha y que sus nietos han tenido que dejar de ir a Jesuitas para pasarse a otro Municipal estupendo, claro, que su mujer tiene cuatro mil dolores y que prefiere que él salga solo a pasear pues el dolor de huesos no le permiten moverse con facilidad, que … que …

- Al rato, me he dado cuenta que él tenía los ojos algo menos tristes y muy brillantes y, como ya hacen demasiados de mis amigos, al despedirse, me ha echado un abrazo muy largo y dos mil palmadas en la espalda de modo que casi me rompe las gafas que siempre llevo colgadas en el pecho, consiguiendo, a la vez, que aflore el moquillo feroz que siempre asoma por la nariz en los momentos más inoportunos, luego se separa y otras veinte palmaditas, ahora en la cara, y con un cariñoso: “Estás echo un chaval, mamonazo, dale un abrazo a tu chica”, y él se marcha a lo suyo, tan feliz …




18 comentarios:

  1. Hola Enrique!!
    El encuentro con tu amigo, te hizo cambiar de planes!.
    Muchas veces nos quejamos de nuestras dolencias y no vemos que otros sufren mas en comparacion; y nos hace valorar mas lo que la vida nos da.
    Tu amigo se alivio, por lo menos un rato contando sus problemas. Y vos te llevas la alegria de verte mas joven, porque te dijo "chaval" y que hay cosas peores en la vida.
    Mañana tempranito al banco 😊.
    Un abrazo fuerte mi joven amigo ☺.

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    1. Gracias, linda Gra. El tiempo nos hace llegar a los extremos y se nos olvida validar los sentimientos de los otros.
      Vivo porque lo deseo, veremos si cuando deje de desearlo sucede lo mismo.
      Un abrazo muy fuerte y... gracias.

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  2. No queda de otra: conversar con esa delicia de los paliques de los personajes de los cuentos de JUan Rulfo. CUán catárticos, y nos hacen sentir como al quijote, al paso por los caminos, cuando ladran los perros. UN abrazo en la distancia. Carlos

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    1. Conversar, esa es una gran labor a desarrollar y para desarrollar la sociabilidad y la inteligencia, amigo Carlos P. En desuso, ahora se habla mucho, pero se escucha poco.
      Un abrazo.

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  3. Pues con ese rato le has dado vida a tu amigo, sin duda. la gente esta muy sola, y comprendo, aunque sea un coñazo, que necesite desahogar. Un fuerte abrazo, Enrique.

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    1. Parece un coñazo pero si de verdad llegas a escuchar lo que te hablan, es magnífico, Castelo, es necesario, incluso, alimenta el alma.
      Abrazo.

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  4. Y no costaba nada escucharlo y hacerlo feliz... Aquí el gobierno de la ciudad en plena cuarentena puso en marcha un programa para que gente que tiene tiempo, en general jóvenes, llamen por teléfono o saquen a pasear a gente anotada en un registro, gente que necesita hablar, que está sola y que sólo necesita hablar y ser escuchada... Les mejora la calidad de vida ha quedado registrado en las estadísticas. La idea y el programa no han estado nada mal.

    Abrazo gigante amigo Enrique!! (sin comas se integra más lo que se quiere comunicar)

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    1. Sin comas es como si no hubiera puertas, amable amigo Carlos P.
      Leí ese programa, pero no he podido acceder a los resultados. Muy interesante.
      Feliz jueves Santo, que tengas un día amable, muy amable.

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  5. Es bueno contar con amigos que te escuchen y comprendan. Te mando un beso.

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  6. Todos nos merecemos esos cinco o quince o veinte minutos de atención personal.
    Un abrazo.

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  7. Bueno amigo, no era tanto una cuestión de inteligencia el “pollo” de los comentarios de Blogger, como el hecho de “sonó la flauta por casualidad”. Agradecido el cumplido.

    Otro dato de este “sábado de gloria” de los de antes es el hecho de que ese cartel de Pepsi-Cola lo vi por primera vez en Mallorca. Justo cuando apareció un hombre por la calle repartiendo esas chapas, con imperdible, a todos los niños y adultos del barrio. ¿1958?

    Y ya vamos con las reflexiones del día… de gloria.

    No veo tal egoísmo por ninguna parte amigo. Saliste de casa con un programa y la vida te situó en otro. Que ese cambio produjese una… situación nueva… a tu pesar, inicial, no supone, no debiera, egoísmo alguno. Máxime cuando supiste situarte adecuadamente en las necesidades del otro.

    Circunstancias no baladíes desde luego. Miedos, hijos en mala racha, nietos con cambio de estatus, mujer delicada, etc. Situaciones de vida! No siempre agradables. Nunca deseadas. Motivo de angustias, incertidumbres, desasosiego… Sobre todo mientras uno se encuentra en el vórtice del huracán… del momento.

    ¿Quién no ha pasado por situaciones similares? Hoy, tal vez, superadas, dejadas atrás y, puede que con “lecciones aprendidas”. No son deseables para nadie, en principio… Pero una vez trascendidas, muchos las saben imprescindibles en sus vidas.

    Que el sol ilumina cada día, sin duda. Que seamos capaces de verlo, ya es otra historia. La vida no es muchas veces, las más, el resultado de nuestras creencias… Basadas éstas en los “me gusta”!

    Y por terminar, entre las leches fritas que me ha dejado mi esposa, riquísimas, y los txikitos al tinto Lezaun, roble, 2020. Navarra, que he sacado del armario, diré algo sobre tu “¿holaquetal?” Ya lo situarás tú en el campo de la “inteligencia, “sabiduría” o, sencillamente, la vida es así.

    Yo fracciono la frase en dos… :)))))) De entrada solo digo ¡Holaaaa! Y según vea el patio, ¿Qué tal? ¡¡Enrique, mano de santo!!

    Gran abrazo.

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    1. Gracias, Ernesto. Añadiré, primero, que sigues siendo genial.
      Me acuerdo, yo también, (soy del 49), de esas chapas de Pepsi y de tantas y tantas cosas que nos hicieron felices aún y no teniendo mucho o nada en que ocupar nuestros juegos.
      En cuanto a tus "distracciones", llámense leche frita o esos txikitos al tinto Lezaun, roble, 2020. Navarra, me dejas embobado y envidioso, sanamente, claro, pero envidia pura.
      Por último, tras tu motivada exposición, empezaré a dejar el "holaquetal" por un hola y luego, según vea, que tal. Genial. Lo probaré.
      Un abrazo ya con cuerpo y alma, resucitado.

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  8. La vida misma, Enrique. Ese mundo real, más allá de la TV, del cine, del fútbol, y de todo lo demás que nos entretiene. Es el mundo real, donde los sentimientos vienen y van, muchas veces sin que tengamos con quién compartirlos.

    Porque está muy bien compartir las cosas del partido de fútbol, pero lo que más necesitamos es compartir nuestra más esencial humanidad. Y eso, en nuestra sociedad, no está de moda. Y de ahí los males de nuestra sociedad.

    Conclusión: que hiciste un gran favor a alguien. Y tal vez uno más pequeño a tí mismo.

    Un precioso relato. Y un gran retrato de una buena persona: tú.

    Un enorme abrazo, amigo!!!

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    1. Compartir la esencial humanidad, me quedo con esa enorme frase, Emilio.
      Gracias.

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