La economía no es importante cuando hay sexo de calidad.

 Ayer no me dio tiempo a escribir lo mucho que tenía en mente, por eso hoy me voy a pasar un poco, aunque no sea de nada de lo que debiera haber escrito ayer, pues ... ya no me acuerdo.

25 febrero 2022

- Hablábamos de economía y hemos acabado hablando de futbolistas extraordinarios y de señoras estupendas. Esa definición temática, me refiero a las dos, corresponde a la distinta forma de describir el estado exterior de un ser humano hombre, dependiendo de si eres un joven de menos de 25, o si eres un tío de más de 60, picarón y de esos que todavía suelen mandar flores, para mayor INRI.

- Intentaba contarles, animosa, más que realmente, a mis amigos “cafetulianos” matutinos, que la economía está como el tiempo, ya escampa o así le lo parece a nuestros gobernantes que ya consideran que el número de muertos por la COVID-19 ya es soportable y, por tanto, sí, se acabaron las restricciones y, además, hasta se atreven a contarlo en los periódicos. Les enseño lo que se ve en La Prensa Digital pero nada de nada, ellos, mis cafetulianos amigos, están en lo suyo.

- "Pues tío, aquí ya parece verano" - me cuenta la que administra el servicio de la barra con una agilidad y destreza fuera de lo común. Entonces me voy al escritorio de mi minipc y les muestro que estamos en los 20º de calor. ¿Veis?, insisto, escampa el frío y ya llega el calor que va a contagiar a la economía del día a día.

- Pero no había forma de centrar el asunto en alguna cuestión seria, la gente no sale de una y ven que entramos en otra, lo de la invasión rusa en Ucrania ha hecho mucho daño a la moral del personal viendo que, además de la cuestión moral, se empieza a ver que dicha guerra está por la labor de afectar a la economía mundial y a nuestro débil bolsillo.

- Inmediatamente que tocas un temazo de esos con los que me gusta castigar al personal para sacarlos de sus penas, todos se ponen a hablar de lo que importa, de lo buenísima que está la presentadora del tiempo de A3 y de lo bien que baila y canta la Chanel que, por cierto, dicen todos que está para ponerle un café con anís y yo no me había dado ni cuenta.

“No se de qué coño hablas Enrique, pero a mí lo que me va es soltar lastre sexual todas las noches, es barato, es cómodo y te lo pasas de PM, ah, además, no gastas nada”. 

- Aunque parezca mentira, eso ha soltado uno de los mozos cafeteros dirigiéndose a la directora de la barra del café sin pestañear, ni nada de eso que pudiera parecer que se “ha pasado”. Pero nada más lejos de la realidad pues, inmediatamente, la directora le suelta que eso es tener extraviada la mente y que es propio de animales, o de hombres, aunque le ha reconocido, entre risas, que es muy barato. - “pos cuando quieras lo probamos tía” - “masquisieras tío”. (sic). 

Por un momento, mientras seguían con su especial idioma del “pos”, me ha pasado por la cabeza querer preguntarles quién fue su maestro en EGB, pero no lo he hecho, me he acordado de que una vez que lo hice a unos chicos de un curso de orientación Universitaria patrocinado por los rotarios, se lo tomaron muy mal y casi salgo por piernas.

- No había forma de centrar la charla en algo serio y ya me estaba dando ganas de marcharme, cuando alguien del fondo del grupo cuenta que él no entiende de economía, pero tiene una vecina con una actividad sexual espectacular y que por su culpa su mujer está como una moto, - ¿qué?...

"Pues mira, resulta que la mujer se ha separado y como está buenísima se ha buscado no sabemos si a uno o a varios, pero la cuestión es que no hay tarde, antes de que lleguen sus niñas, o noches de larga duración, en los que el maromo de turno le endiña a la divorciada, tres viajes cada día, y claro eso estaría bien si no fuera porque, como las paredes parecen de papel, los gritos y otros argumentos tipo dinosaurio que salen de las gargantas de la parejita vecina, se meten en mi cerebro y en mi alcoba, pues mi mujer desde que los oye se me pone a tiro cada cinco minutos y yo ya estoy, eso sí, más cumplido pero “reventao” . Ella, mi mujer, ya no tiene ganas de ir al cine, ni de salir a cenar, ni de ver la tele, todo el tiempo pide marcha, buf, no sé si lo resistiré."

- Mientras alguien me decía que el del fondo tiene más rollo que la portera del convento de las Clarisas, yo no me daba cuenta de que la cosa cenital de la economía quizás estaba junto a mi alcoba, detrás de la pared de mi vecina que también tiene lo suyo. Empiezo a darme cuenta de que la economía no es importante cuando hay sexo de calidad.

- Y es que, en cuestiones de economía, nunca se aprende bastante, me doy cuenta de que Bill Gates o Christine Lagarde, no tienen NPI del asunto, este es el futuro que parecen haber aprendido los más jóvenes, se han metido de lleno a aplicarse en la Economía del SEXO y de verdad que parecen haberlo entendido tan bien, que parece que no hagan, ni piensen, en otra cosa.

- Lo peor es que a mi este nuevo modelo económico me pilla ya un poco mayor, no sé, ya veremos. Lucharemos, como siempre, no hay mal que por bien no venga, Dios dirá.

- Mientras lo estudio y en mi defensa, rescataré de la librería del olvido aquella poco conocida frase de Benedetti: 

El sexo es (para mí, al menos) un ingrediente menos importante, menos vital; mucho más importantes, más vitales, son nuestras conversaciones, nuestras afinidades. 

Mario Benedetti. La tregua.

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