07 diciembre 2021
- Venía yo de comer con mi amigo el "Extranjero", (del Languedoc), y al paso por ella decidí pararme a meditar, algo me atraía, me senté en uno de esos magníficos bancos que la llenan. Me fui a meditar a la Parroquia de San Pedro.
- Pero al poco y sin saber por qué, me fui a la Playa, casi era de noche pero ahí estaba ella, amenazante y cariñosa, ahí estaba mi amiga, la mar.
- Sentado plácidamente con el culo en el banco de madera que allí ejerce, se me apareció él. Tenía cara de dar miedo, sin afeitar, ojos de no haber dormido en un siglo y hombros adelantados en señal de decadencia.
- Pensé, al principio que tenía miedo yo de él, pero a medida que se iba acercando y mientras yo le observaba acercarse por el rabillo de mi ojo izquierdo, empecé a sentir curiosidad.
- Gente apenas había alrededor, pero en un acto reflejo e inconsciente, me volví al sentirlo muy cerca y al verlo ahí, con esa humanidad enorme y cara de chico malo o peor, me di cuenta que no me inspiraba temor alguno, sus ojos no intimidaban, solo pedían contacto.
- Me miró, nos miramos, yo sin dejar de apoyar mis brazos en el banco, ni variar el gesto cara al mar, entonces él me dijo, con un acento árabe muy cargado, ¿me das un euro? … y yo se lo di, me sentí feliz haciéndolo, le miré, él me miraba con cara de estar sorprendido ... saqué todas las monedas que tenía en mi pesado bolsillo ... le miré y se las puse en la mano que guardaba el euro que le di. Le cerré la mano, me sonrió, le sonreí.
Lo que das seguro vuelve, Enrique... Muy expresiva segunda foto. Uno así puede vivenciar la escena relatada...
ResponderEliminarAbrazo agradecido otra vez...
El Karma, amigo Carlos P. Nunca nme he preocupado en ello, en saberlo, en notarlo, en comprobarlo, pero seguro que funciona porque soy feliz.
EliminarUn abrazo feliz, en un día feliz, Carlos P.
Karma. Absolutamente...
EliminarLa fuerza del prejuicio Enrique. Un dia hasta podemos por prejuicios dejar de respirar. Me ha gustado leerte.
ResponderEliminarSí, Antón, los prejuicios nos hacen cometer actos que no son, demasiadas veces, humanos. Hoy pude salvarme, mañana, no sé. Espero que sí.
EliminarGracias, eres muy amable.
Uy es bueno ayudar a alguien y no tener prejuicios a veces es muy dificil . Te mando un beso
ResponderEliminarLos prejuicios son uno de los grandes males de una importante parte de la humanidad, Judit.
EliminarUn abrazo de miércoles, festivo en España.
Hiciste bien en darle las monedas, con cara de dar miedo aveces la gente huye y no los ayudan, ... Saludos amigo Enrique.
ResponderEliminarGracias, Sandra. Debo confesarte que no era la primera vez y espero que no sea la última.
EliminarUn abrazo.
Humanidad
ResponderEliminarLeerte me ha inspirado una gran ternura y admiración
Un abrazo
Carmen
Gracias, Carmen, (stella), eres muy amable, siempre, conmigo.
EliminarUn abrazo muy fuerte hacia ese precioso cono sur.
Todo quedó en sonrisas. Esencia natural entre las relaciones de las personas.
ResponderEliminarAbrazos Enrique.
Eso creo, Ernesto. las personas, a veces, nos olvidamos de que lo somos.
EliminarUn abrazo fuerte.
Todo vuelve
ResponderEliminarLamentablemente vivimos en una sociedad prejuiciosa
y donde tener miedo parece ser lo natural..
Algunas personas necesitan poco..apenas "que se las mire".. abrazo mas que grande Enrique!!!
Prejuiciosamente temible, querida Eli. A veces, creo que la estupidez humana crece y crece, cada día más, en su estupidez. La humana es la única especie que tiende a la autodestrucción.
EliminarUn abrazo lejanamente cercano.
Admirablerru gesto y tu texto! Un abarazo
ResponderEliminarGracias, Hanna.
EliminarUn abrazo.