miércoles, 30 de junio de 2021

Macra, ese ingenuo, maltratado y lindo ser

 


30 junio 2021

El tema de la Noche, ayer, en nuestras Conferencias para el Olvido, era el de la Enfermedades Degenerativas, por lo cual y sin duda, para mí era una noche especial. Uno de los asistentes, joven acompañante de uno de los habituales, algo groseramente, contó que no entendía nuestra preocupación por el tema y el egocéntrico comportamiento que muestran todas aquellos que dicen o creen, sufrir alguna de las calificadas como tal, una vez que, implícitamente, el cuerpo humano, por su propia concepción, se degenera con tan solo el discurrir del tiempo. Hubo sus mas y sus menos, como no, pero a mi, especialmente, me cautivó un ya muy maduro joven, un viejito como él se definió mas tarde, nacido en tierras de la Pampa, en San Miguel de Tucumán, estandarte de su Independencia Patria, que en plena vorágine hizo que todos callaran exponiendo en un emotivo relato, su caso, lo que hizo, como buen argentino, con esa dicción, tono y gesto que les caracteriza, cautivando nuestra atención, apagando nuestra alma de lo que menos necesita, siempre, nuestra oscura pretensión humana que no es otra que nuestra propia soberbia. Adalberto, que así se llama nuestro viejito, nos contó, mas o menos, (grabé su intervención),  que …

“Creo que ustedes no saben apreciar el don del que posee esa enfermedad de la quieren hablarnos hoy. Macra, mi querida esposa, tiene Alzheimer, declarado desde hace, ya, cuatro años. Actualmente no me reconoce y mi reto es enamorarme de ella cada día y a su vez hacer que ella se enamore de mi. Tras cuarenta y nueve años de matrimonio, nunca pensé que llegaría a ser tan feliz, ni que ella lo fuera a serlo tanto como lo es, ahora, cada día. Ustedes, hablan y hablan, de sus males sin importarles nada lo que les sucede a los demás. ustedes anteponen el yo a todo. No hay más que oírles. Todos empiezan a hablar con la palabra Yo en la boca y en primer lugar. Yo creo … yo digo. Aplíquense en atender el mal de los demás por encima del suyo propio. Ustedes no tiene una enfermedad, ustedes están enfermos pero no lo saben, ustedes están enfermos por ausencia de amor. Cuídense."

Luego, en los cafés, el viejito nos contó que su mujer no se llama Macra, se llama María, pero que le llama así porque eso es lo que para él representa: Macra quiere decir, LA QUE ENGRANDECE.

PD: Esta historia es absolutamente irreal y lo que cuento solo existe en mi imaginación o quizás no, no lo sé, en cualquier caso es una historia que a Macra le gustaría que fuese contada.


8 comentarios:

  1. Uno escribe buscando protagonistas a los que cuales adjudicarles ideas o intuiciones muchas veces sabias... que es el caso, Enrique.

    Abrazo hasta vos.

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    1. Gracias Carlos P, hay historias que no sabes si son reales o imaginadas y es que imaginar es mucho más real que la propia realidad.
      Un abrazo de aquí para allá

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  2. Grande eres con tus enseñanzas cada dia mi querido Enrique, como esta bella historia real o irreal, pero sabia para despertarnos aunque sea un poco de nuestro egocentrico vivir.Un abrazo mas que grande y emocionado para vos.

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    1. Gracias a ti, amiga Eli. Las emociones fluyen y cuando aporecen en tu realidad, deja de ser un sueño o, al menos, lo confundes.
      Un abrazo muy fuerte.

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  3. Bella historia adore porque la llama Macra. Te mando un beso

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  4. Amigo Enrique, que lindo relato sea o no real, seria lindo enamorar todos los días a la compañera con Alzheimer, eso es amor del bueno aunque ella no sepa nada..... Me encanto. Saludos amigo.

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    1. La imaginación suele ser tan real, amiga Sandra, que no siempre sé donde estoy.
      Un abrazo de jueves.

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