domingo, 1 de noviembre de 2020

Todos los Santos, la misa de diez, el Pitcha, Arnaud, Arienne y el Halloween de los Celtas

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01 noviembre 2020: 

-Hoy salí a mi paseo dominical sin grandes intenciones, aunque con miedo, pues nadie respeta distancias, ni norma alguna anticovid, lo cual noto cuando un chaval de unos trenta y tantos, pasa casi junto a mi, dándome con el hombre, a toda velocidad haciendo running y despidiendo vapores y sudor como un tren de mercancías de vapor.

-Hoy los de Valdebebas están que se salen, pues si jugando así, van casi los primeros, entonces son capaces hasta de remontarle al Bayern cuando les toque. El ”Pichxa” del quiosco, que es todo un cerebrito de lo deportivo, así lo asegura.

-Pero bajando por la cuesta del Holiday In, no puedo resignarme a no sentarme en el último banco de la Misa de 11. Intento pasar desapercibido y de momento lo consigo. La Iglesia de la Playa tiene una funcionalidad enormemente práctica. Puertas abiertas en casi toda la fachada y hay hasta gente fuera dado que parece que estemos en las Bahamas, aunque andemos ya en fechas de difuntos y “castañá”. 

-Una pareja, de unos 80, que están a mi lado, (dos asientos más allá, como dice la ley de los hombres que son asesores del su Sanchidad), corbata, uno, y pañuelo al cuello, la otra, sueltan un no muy discreto: “La chica de Arnaud está que se sale”, dice él, – “A mí me parece que esa chica no es trigo limpio”, le dice la otra. Me asomo, discretamente, y me doy cuenta que los dos tenían razón.

-Me cambio de banco, pues no veo a Antoine ni a nadie conocido. El de la sotana empieza a contarnos lo de que los del Halloween son unos anglosajones perdidos, que irán al infierno y que eso nada tiene que ver con nuestras costumbres cristianas. Entonces me he dado la vuelta para observar a los dos críticos abueletes que no se han enterado de nada, pues se pasan el rato en “lo suyo”, y les hago un gesto de... “así es”, como confirmando lo que contaba el del púlpito. Pero el abuelete me echa una mirada de cómo si quisiera decirme; “Y tú que coño quieres”, que me ha desplomado la mirada.

-Finalmente me he puesto al lado de Arnaud, y tras un emocionado; “buenos días nos dé Dios”, me he puesto a su lado, no sin antes torcerme el tobillo que tengo sano al pisar de mala manera el madero rodillero, que sigue allí para regocijo de los enanos y de algún beato ocasional.

-Mientras levitaba, conseguía atender las órdenes del de la Misa, “En pie” – “Podéis sentaros”, sin error alguno, es decir, como si estuviera allí. Pero no era el caso. Tenía la cabeza en aquella mañana de hace ya unos diez años, cuando Arnaud me contaba que se vino a La Costa Blanca en el 62, tras vivir en Argelia una pequeña vida llena de ilusiones que acabó siendo una vida trágica. 

-Durante la Guerra de Liberación mataron a su mujer, Armelle, a la que quiso como un loco, según me contó. Quiso suicidarse cuando la encontró muerta en la escalera, acribillada a balazos por un soldado del FLN, el cual se quedó allí, inmóvil delante de ella, pero que huyó despavorido al verle a él. “Era un crío Enrique, era un crío”. 

-Luego se montó en Alicante un negocio de preparación y venta de “Copas” nocturnas tras un mostrador y tuvo mucho éxito. Decía que su negocio era puro como la nata que tomaba Pio XII todas las mañanas al despertarse. Nunca entendí esa frase, ni nunca supe si era verdad o mentira lo que contaba, sobre eso o sobre cualquier otra cosa. Era, y es, un tío genial contando historias.

-De pronto Arnaud se vuelve hacia mí, y como si del mismo Vicepresidente del Gobierno, (el del moño), se tratara, me suelta: “Este tío no se entera, Enrique, este no sabe que lo del Halloween se celebra aquí desde los Celtas, que son quienes lo fundaron. No se enteran de nada”

-Eso me ha devuelto al lugar y a la calle, pues ya se había acabado la fiesta dominical cristiana del día. Es entonces cuando me he dado cuenta de que existía la Señora Arnaud; “Arienne, c'est Enrique”, - “comment ça va?”. Unos dos metros y unos 40 años menos que él. Tacón aguja, une jupe coupe, y un “te lo prometo” blanco escondido bajo una torerita negra preciosa. “Es mi mujer, mi cuarta mujer, todas han trabajado conmigo, pero ahora ya no”. “Es la hija de un amigo de mi etapa en Argel al que prometí cuidar de ella mientras pudiera”.

-Y mi amigo, el rey de las copas nocturnas, se marcha rumboso y rejuvenecido como nadie, al ver las lascivas y críticas miradas de todo el personal, que se da la vuelta para verlos pasar... "à bientôt Arnaud, enchanté Arienne".

-Luego, lo de siempre, visita a Cohonesto y mi amigo del quiosco, que hoy, jugando el equipo de casa, (si no lo impide la ristra de jugadores contagiados por el coronavirus), sospecho que ha hecho campana, pero no pasa nada, pues allí tiene a su encantadora esposa, que con ese genio, dinamismo y punto de gracia que su acento nórdico traslada, hace que la cola que habitualmente anda tertuliando con Antonio, el rey de la prensa de la Playa, hoy no exista.

-Feliz domingo a todos y feliz “Santo”, hoy es el día de todos ellos, de todos los Santos.

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8 comentarios:

  1. Me has hecho reír Enrique!!! Menos mal que estaban en la iglesia y que era día de santos!! jajajaj abrazo grande!!! y cuidado con los que te pasan tan cercaaaaaa..jajaja morí de risa...esas formas tuyas de describir las situaciones son magnificas!

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    1. me anima y gusta, saber de tu risa, amiga Eli. Me lo tomaré como un halago. Gracias.
      Un abrazo de domingo.

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  2. Un gusto leer tus historias Enrique, cosas de la vida vivida que hoy recordamos. Ten cuidado cuando sales amigo, lo de Halloween los niños no saben nada solo quieren dulces y divertirse usando un disfraz... Saludos amigo.

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    1. Gracias Sandra. Tendré cuidado, pero hay que salir, conservando la distancia y la mascarilla en su sitio, que no en el codo, por ejemplo.
      Un abrazo

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