25 octubre 2020
En estos confusos momentos en que la sociedad, como signo de estupidez más característica en el hombre - donde queda claro, cada vez más, que es la única especie que tiende a la autodestrucción - quisiera dejar aquí un texto escogido por la Beauvoir que me ha encantado siempre:
Si Dios es la infinitud y la plenitud del ser, no hay distancia entre su proyecto y su ser realidad, su voluntad es el fundamento inmóvil de su ser. Lo que quiere se hace, quiere cuanto es... Tal Dios no es una persona singular, es el universal, el todo inmutable y eterno. Y lo universal es silencioso... La perfección de su ser no deja ningún lugar al hombre porque el hombre no podría trascenderse en Dios si Dios ya está todo entero dado. En tal caso el hombre no es más que un accidente indiferente a la realidad del ser; está en la tierra como un explorador perdido en el desierto; puede ir a la derecha o a la izquierda, puede ir a donde quiera; jamás irá a ningún lugar y la arena cubrirá sus huellas. "
Pirro y Cineas (1944)
.
.
Sin dudas querido Enrique es un texto maravilloso! Que bueno que lo hayas traído a la memoria, y que bueno seria tomar un poco de mediana conciencia que cada vez queda menos. Te deseo un domingo maravilloso!
ResponderEliminarGracias, amiga Eli, así fue, un domingo solitario pero feliz.
EliminarUn abrazo
que puedo decirte
ResponderEliminarte leo sonrío y te doy un abrazo de amigos
No digas nada, es como si te estuviera viendo, querida Mucha.
EliminarUn abrazo de lunes.
Que buen texto nos compartes hoy. Saludos amigo.
ResponderEliminarGracias, Sandra, eres muy amable.
EliminarFeliz tarde y noche de lunes