01 junio 2020
Pasas por su lado y parece que hablan pidiendo que te los lleves, son los desahuciados más ricos del mundo. Poseen sabiduría, cuentos, historias sobre asesinatos, amores perversos y glorias de cualquier caballero andante … son esos viejos y adorables libros que nadie quiere porque no tienen tapas brillantes de cartón duro con que adornar una estantería pija, ni hay quien les quiera en sitio alguno, son mis héroes de hoy, son esos maltratados ejemplares de papel sabio que la fría Sociedad actual, la Tecnología, los Recortes, la Educación vigente y la inmadurez y mediocridad de los que vienen y de los que están en el Poder, han convertido en algo innecesario y molesto… un estorbo.
Mientras escribía estas líneas en la llamada cola de los vampiros de la salud, un perjudicado excolega de amoríos profesionales que se ha sentado a mi lado para opinar sobre cualquier cosa que yo estuviera dispuesto a escuchar, también lo ha querido hacer sobre lo escrito aquí y que yo le he mostrado ante su insufrible interés por su contenido. Ha dicho: Has olvido añadir algo … “Como nosotros, Enrique, como nosotros“.
Pasas por su lado y parece que hablan pidiendo que te los lleves, son los desahuciados más ricos del mundo. Poseen sabiduría, cuentos, historias sobre asesinatos, amores perversos y glorias de cualquier caballero andante … son esos viejos y adorables libros que nadie quiere porque no tienen tapas brillantes de cartón duro con que adornar una estantería pija, ni hay quien les quiera en sitio alguno, son mis héroes de hoy, son esos maltratados ejemplares de papel sabio que la fría Sociedad actual, la Tecnología, los Recortes, la Educación vigente y la inmadurez y mediocridad de los que vienen y de los que están en el Poder, han convertido en algo innecesario y molesto… un estorbo.
Mientras escribía estas líneas en la llamada cola de los vampiros de la salud, un perjudicado excolega de amoríos profesionales que se ha sentado a mi lado para opinar sobre cualquier cosa que yo estuviera dispuesto a escuchar, también lo ha querido hacer sobre lo escrito aquí y que yo le he mostrado ante su insufrible interés por su contenido. Ha dicho: Has olvido añadir algo … “Como nosotros, Enrique, como nosotros“.
Parece que todos nos convertimos en estorbos en algún momento de la vida, lo cual es lamentable, pero yendo a los libros te diré que son los más grandes tesoros que podemos tener, no sabes cómo me gustaría coleccionarlos y tener una gran biblioteca con miles de ejemplares... claro está que si así fuese no podría leerlos a todos lo cual me provocaría cierto sentimiento de culpabilidad...
ResponderEliminarBesos grandes al alma y feliz martes Enrique.
Así pienso yo también, Laura. Mi familia, la de mi madre, eran encuadernadores y son, y esa fue mi herencia, cientos de libros. Un placer tocarlos, leerlos y, especialmente, saber que están ahí.
EliminarUn abrazo