03 enero 2020
La Relación entre la feliz vida en La Huerta y la Calle Mayor del deseado olvido mundano, solo es apreciable para aquel que sabe distinguir el sabor del buen tomate o en qué mejor lugar plantar unas buenas alcachofas. Ricardo, el hombre más antiguo del mundo huertano, a sus 93, no se resigna a quedarse en “la casa”, y lo hace a pesar de todas sus limitaciones, que no son, ellas, más que el resultado de haber entregado una vida a lo que él más ha querido y lo que más le ha dado, la tierra – “No hace falta mucho para ser feliz, Enrique, basta con querer serlo y ser fiel a un modo de vida en la que te sientas útil. Yo le he entregado mi vida a la tierra y ella, siempre, me ha dado mucho más de lo que yo le di. Ahora me conformo, tan solo, con verla un ratito cada día“.
Basta con rascar de modo superficial en la piel de las vidas de la gente sencilla para notar que la felicidad es algo que puede existir sin necesidad de disponer de grandes privilegios mortales. La felicidad es como la misma vida … lo es más, cuanto más sencilla es. Dar gracias a todo lo que nunca fui capaz de descubrir … , discretamente, me pirra.
Hola Enrique, estoy de acuerdo contigo en que la felicidad se consigue a través de la sencillez
ResponderEliminarAdemás, tenemos que ir tirando lastre antes de partir ligero de equipaje, éste, no hace mas que entorpecernos el camino
Un fuerte abrazo, endavant
Gracias Toni, tarde, pero conseguí corresponder a tu comentario
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