Fotografía de Chalmers Butterfield
21 abril 2024
- Hoy, antes de irme a mis auditorios de la salud, en la cola de la tienda de las frutas y verduras de mis amores en la Playa, me encontré a Rosa, una de las hijas de Mar.
- Le pregunté por su madre y ella, como siempre, me dijo lo mismo de siempre que se lo pregunto:
«Enrique, ya sabes qué, mi madre, vuestra Mar, sigue haciendo café para él todas las mañanas, justo a las siete, no lo puede olvidar y nosotras, como siempre, nunca se lo hemos recriminado. Ella siempre lo ha querido y vive con él como si nunca hubiera muerto.»
Cinco de mis mejores refugios
No se puede recriminar un gran amor, quien vive esa pasión con intensidad lo sabe.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, Ilduara, esas personas son de un comportamiento admirable ... muy admirable.
EliminarFeliz noche.
¿Y por qué no?
ResponderEliminar¿O es que hay acción "mejor" que ésta?
¡Tanto para ella como para la humanidad!
Gran abrazo amigo. Siempre al tanto de las cosas de la vida...
Gracias, Ernesto, quizás me guste contar esas historias más que otras, el amor eterno es algo que no se estila con frecuencia hoy en día.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
¡Qué conmovedor, amigo!
ResponderEliminarDices que no eres poeta, pero este post es de la más exquisita prosa poética.
Días agradables, Enrique.
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Gracias, Majo, la poetisa eres tú, yo soy sólo un observador de la vida y especialmente de aquellas gestas que mueven las emociones y que nos motiven e induzcan a ser mejores.
EliminarUn fuerte abrazo.
Conmovedor, querido Enrique. Cala la emoción hasta la misma médula!!! Estas son las experiencias de amor que llegan al alma, el desgarro ajeno que se siente como propio, y el impulso instintivo para abrazar al ser que ha quedado huérfano.
ResponderEliminarY es cierto, amigo mío. Hay ausencias que matan, que nos dejan al otro lado de la vida, que incluso nos hacen desear la muerte. Ponerse en el lugar Mar hiere profundo...
Pero agradezco que lo compartas, y que lo hagas con tanto acierto que nos impacta. Son hechos e historias que nos recuerdan nuestra humanidad y nuestra fragilidad. Y nuestro destino... Gracias, comprañero del alma!!!
Un enorme abrazo, querido amigo!!! Y como me ha dicho hace poco alguien muy querido, no cambies nunca!!! Bendita sensibilidad la tuya... Qué fortuna tenerla!!!
Gracias, Emilio, me alegra saber que tienes en mente no cambiar nunca.
EliminarPalpar, conocer, que alguien es poseedor de eso que algunos aún llamamos amor eterno, reconforta.
Un fuerte abrazo, poeta enamorado.
Al verdadero amor ni la muerte lo separa...
ResponderEliminarAbrazo inspirador amigo.
Eso creo yo también, amigo Perrotti. Existir existe ... doy fe.
EliminarUn fuerte, muy fuerte, abrazo.
Mientras recordemos a quien amamos seguirá con nosotros. Te mando un beso.
ResponderEliminarCierto, Judit.
EliminarUn abrazo de lunes, superescritora
Ella vive su sueño como si fuera realidad y está muy bien. Al tiempo que mi marido había fallecido vi algo en la TV y dije, se lo tengo que contar! Pasan estas cosas, un abrazo Enrique!
ResponderEliminarAy, María Cristina, tu comentario me ha emocionado.
EliminarUn fuerte abrazo, querida amiga.
Es tan fuerte ese amor que se niega a aceptar la realidad...y con ello no le hace daño a nadie...
ResponderEliminar¡Conmovedor!
Un fuerte abrazo, amigo Enrique.
Así es, Manuel, conmovedor.
EliminarUn fuerte abrazo.