Foto de una escena de la película "striden går vidare" (la batalla Goes On), 1941.
- Volví a sentirlo ...
- Vagaba por el Hospital, daba tumbos, y por primera o quizás segunda vez, dado mi balanceo, nadie me llamaba la atención por pensar que llevaba dos copas de más. La inestimable ayuda de mi querida cachava y la de mi Santa, hacían el resto … “Por favor, por favor, pase usted primero …”. Parecía como si todo aquello que yo había practicado durante toda mi vida con los demás, ahora me era devuelto con la misma atención y amabilidad con que yo solía y suelo, hacerlo.
- Sentir que tus brazos hacen más, mucho más, que tus piernas cuando necesitas decirle arriba a tu querido y corneado body, ver que no llegas al ascensor antes de que se cierren las puertas pero te alegras de que un alma salvadora te diga … “no sufra, no hay prisa, le esperamos”.
- Por todo eso y por muchas cosas más, siempre que me pasa algo así, me doy cuenta de lo deprisa que se mueve el reloj de la vida. Ya no puedo subir, como hacia antes cuando venía del Colegio, los escalones de la casa de Padre Claret para poder abrazar cuanto antes a mi Madre, en los cincuenta. No, ya no puedo llegar a rematar ese córner que me lanzaba, a la medida, Pepín, ese prodigioso lateral izquierdo del equipo de fútbol de Cervezas Damm, en el sesenta y pocos. Ya no puedo saltar esos tres metros sin carrera cuando tenía once años, no me puedo fumar esa cajetilla larga de tabaco Jean como lo hacía a los diecisiete, ni tampoco puedo tomarme esos cinco Bacardí/Cola que me echaba al cuerpo en las fiestas de los sesenta y muchos …
- “Enrique, despierta, que te llama el médico, vamos cariño, verás como no es nada …” - ¿Nada?
- Sentir que tus brazos hacen más, mucho más, que tus piernas cuando necesitas decirle arriba a tu querido y corneado body, ver que no llegas al ascensor antes de que se cierren las puertas pero te alegras de que un alma salvadora te diga … “no sufra, no hay prisa, le esperamos”.
- Por todo eso y por muchas cosas más, siempre que me pasa algo así, me doy cuenta de lo deprisa que se mueve el reloj de la vida. Ya no puedo subir, como hacia antes cuando venía del Colegio, los escalones de la casa de Padre Claret para poder abrazar cuanto antes a mi Madre, en los cincuenta. No, ya no puedo llegar a rematar ese córner que me lanzaba, a la medida, Pepín, ese prodigioso lateral izquierdo del equipo de fútbol de Cervezas Damm, en el sesenta y pocos. Ya no puedo saltar esos tres metros sin carrera cuando tenía once años, no me puedo fumar esa cajetilla larga de tabaco Jean como lo hacía a los diecisiete, ni tampoco puedo tomarme esos cinco Bacardí/Cola que me echaba al cuerpo en las fiestas de los sesenta y muchos …
- “Enrique, despierta, que te llama el médico, vamos cariño, verás como no es nada …” - ¿Nada?
- Y no ha sido nada, solo dos horas más de mi calendario, dos de sueño que me he perdido esta madrugada. Lo dijo García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla” … no es nada y es todo..
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El problema, atendiendo a la frase del fabuloso Gabo, es que cuando uno recuerda lo de la atrás o la vida, uno sabe hasta donde es parte de la ficción o la realidad, si es que uno la refina, para sacarle los dolorosos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEs un capricho de nuestra propia memoria, Carlos A. Quizás sea un defecto, poero me gusta que sea así, suelo recordar las cosas como lo hago, y de lo malo suelo no acordarme. Quizás esa forma de recordar las cosas no sea correcta a cualquier edad, pero a la mía sí.
EliminarUn abrazo fuerte, de jueves. Me voy a que me pinchen la vacuna de la gripe, ya, que llego tarde.
La vida y sólo la vida... Mejor haberla vivido que lamentar lo acontecido.
ResponderEliminarAbrazo más que inmenso inspirador amigo!!
La vida es la que recordamos o queremos recordar, amigo Carlos P. Cualquier lugar es bueno para cerrar los ojos y recordar, vivir lo vivido.
EliminarUn abrazo, intenso, mucho.
Hola Enrique. Pues si así es una pena. Que pase la vida está bien, pero que te pase factura ya no esta tan bien. Llegado a cierto momento, se viva más de recuerdos que de ilusiones y proyectos. Y si el Bacardi/Cola ya no es posible, yo todavía le doy a la Coca cola zero sin cafeína..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajaja, una buena opción, Llorenç, yo, (pssssssss), lo hago cuando nadie me ve y sí, con O-O.
EliminarUn abrazo y gracias.
Mi muy querido Enrique ..quizas no subas los escalones como antes, ni remates los córner de Pepin... quizás los achaques te impidan algunas cosillas.... pero frente a esta frase..y quien te la dice me desarmo de amor.."- “Enrique, despierta, que te llama el médico, vamos cariño, verás como no es nada …” - Siempre hay tanto por agradecer!! Besossssss admirados
ResponderEliminarAsí es, querida Eli, siempre hay tanto y tanto, por agradecer que ... hacen que me sienta muy feliz.
EliminarGracias, un abrazo lejano, aunque muy cercano.
Uno debe seguir y ver el lado bueno de las cosas
ResponderEliminarAsín es, Judit. Lo intyento... a veces, incluso, lo consigo.
EliminarUn abrazo de jueves
Que buena frase esa de Garcia Márquez, la vida va de prisa y no podemos hacer nada, solo sigamos viviendo estos momentos lo mejor que podamos, y recordar aquellos bellos tiempos..... Hoy ando medio tristona o tristona y media pero mañana se me pasara.... Saludos amigo.
ResponderEliminarA mi me sucedió ayer, amiga Sandra. Son tiempos raros, a veces difíciles, leer y/o ver noticias en prensa, radio o tv, no es nada bueno para la salud mental. Todos estamos así.
EliminarUn abrazo fuerte y arribita el ánimo.
Esa cajetilla larga de Jean también la fumaba yo en sus tiempos... Ya lo del Bacardí no. Me incorporé tarde a los buenos vinos. Y solté pronto el vicio del fumar. Puede hacer unos 45 años.
ResponderEliminarSobre los avatares que te acompañan en estos tiempos, amigo Enrique, nada que decirle a un hombre que tiene las ideas claras de las realidades de la vida. Y goza, sin duda, del acertado sentido común del día a día... ¡Y ver venir!
Las reflexiones sobre tu vida, que compartes, y que te sienta bien hacerlo, bienvenidas por estos lares de la comunicación del mundo de los blogs.
Gran abrazo.
Gracias, Ernesto. Tienes la gran virtud de escribir tus mensajes, como eld e hoy, en los momentos más oportunos. Eres un, ya, imprescindible y alentador, amigo bloguero. Gracias, no cambies nunca.
EliminarUn abrazo, un gran abrazo.