23 septiembre 2021
- Sin darme cuenta y sin saber por qué, estaba leyendo a Bécquer:
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Amor eterno – Gustavo Adolfo Bécquer
El buen manejo en Bécquer de la anáfora, para darle fuerza al amor. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarLas anáforas siempre son muy recurrentes, Carlos A. Fuerza y sentido, es una forma de administrarlos, su uso, en este caso para realzar la dichosa existencia de un amor eterno.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Lo estabas leyendo porque -también eterno- nunca se deja de leer...
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
Lo más probable e irremediable, es que tengas razón, Carlos P. Vive en nosotros.
EliminarUn abrazote de otoño para tu primavera.
Uy Bécquer siempre me hace suspirar. Te mando un beso
ResponderEliminarSuspiremos a la vez, Judit. Coincidimos.
EliminarUn abrazo.
Bécquer es grande, eterno, me fascina su obra. Un poema que a todos nos encanta..... Saludos amigo Enrique.
ResponderEliminarGracias, Sandra. No está escogido por casualidad.
EliminarUn abrazo fuerte, poetisa.
Hay poetas , versos, amores , eternos...y seres como tu...tambien eterno!!!Mil besoss
ResponderEliminarMe he puesto colorado, amiga Eli. Gracias, gracias, gracias, ya sabes, subes, siempre, mi autoestima.
EliminarUn abrazo fuerte, muy fuerte.