01 abril 2021
Historia de un Jueves Santo. Todo penitencia.
- Chuta ya de una vez. Eso me decía esta mañana un nano, no tan nano, de unos 13 años, que con acento toledano me increpaba en el parking de arena, en primera línea de Playa san Juan, a la vez que gesticulaba mas que el Sevilla en Aruseros. Delante mío un enorme balón de cuero, algo desgastado, pero parecía bueno.
- Entonces, me bajo la mascarilla y le digo: “est à moi”. El nano se queda perplejo, mira a su compañero y le dice, “hostia tío, este es un guiri”.
- Entonces yo me arranco, le pegó al balón y ay, es como si le hubiera dado a una piedra, la uña del gordo, esa que anda siempre clavada, me avisa que acaba de profundizar otros tres milímetros en la carne del dedito, pero yo ni me fijo, de momento, el balón sale a tal velocidad y lejanía que le acaba pegando a un coche blanco que allí estaba aparcado, pero con tal desgracia que le pega al niño del que estaba descargando al personal familiar, por lo que el susto de la madre del que conduce se transforma en unos epítetos innombrables hacia mi.
- Los Nanos, están que se mean de risa tirados por el suelo, y la señora madre del niño al que le rozó el balón, parece que todavía la oigo: “Ganapia, animal, retrasado, …”
- En un intento de disculparme avanzo hacia la ofendida señora y me tuerzo el tobillo al pisar una piedra de bulto que allí alguien había puesto para darme el Jueves Santo tan especial que hoy me ha amanecido. “Leaestaobien”, oigo de mi querida y ya inolvidable madre del rozado niño, el cual, por cierto, estaba que se partía el culo de risa, también.
Luego, lo peor es que en la misa de once, no había nadie. Me encuentro en la entrada al monaguillo que estaba limpiando la reja: “Tío, es que hoy se trabaja, hoy no es fiesta, además, ahora no hay misas, es semana santa, no te enteras viejo…” Es cierto, ya no me acordaba, por eso los chavales se van a la playa.
Madre mía, qué de infortunios, Jueves Santo tenía que ser :)) :))
ResponderEliminarSAludos.
Un día cualquiera, Manuela.
EliminarAlegría verte. Yo ando algo perdido por culpa de mi intensa terapia que me ocuipa muchísimo tiempo. Pero aquí estoy, dando guerra.
Jajaja, me parto de risa con tus relatos, Enrique...
ResponderEliminarHas terminado lastimado pero contento. Te noto en plena forma.
El Jueves Santo ya no es lo que era.
Abrazos querido amigo.
Nada es lo que era, Maripaz y, ah, me alegra que te tronches con mis desgracias, jajajajajajajaja.
EliminarUn abrazo.
Estas a full con la vida mi queridisimo Enrique!!!
ResponderEliminarComo te admiro!!
Que historias de Jueves Santo no tan santo pues aqui ha pasado de todo jajajaja
Mil besos
Mil besos, querida Eli, por aquí la vida es muy divertida, unos días se habla de la svacunas que nunca llegan y al siguiente que en verano todos vacunados, que a la vecina del quinto, con 64 la vacunan el día 7 mientras a los de 80 solo van por la mitad y a los de 70 ni se ha empezado. Todo controlado, es decir, eso es lo que dicen los políticos, hay que mantener viva la economía pues, sí, ya saben que se muere gente por el coronavirus, pero más se morirán de hambre si se para la economía. Esto no es nada aburrido, querida Eli, es vivir en tensión todo el tiempo, a full time, eso es.
EliminarJajajajajaja, un abrazo muy fuerte.
Jajaja... si ejque el jueves santo es para andar recogío y no dando patadas a balones ajenos y cabreando a señoras impertinentes, Enrique. Me rezas dos avemarías y quedas perdonado :D :D
ResponderEliminarGracias, Diego. Me quedo mucho más tranquilo con esa penitencia que me "recetas", pero no sé si voy a encontrar a dos Marías. Buenp, me tomaré una Paulaner y con eso igual cubro el gasto, la penitencia y el horror que me da pensar en lo que me duele el dedo gordo del pie de puntapié al balón ese.
EliminarUn abrazo de viernes santo.