sábado, 12 de septiembre de 2020

Verdades para olvidar y que ahí siguen, olvidadas



HSJ - Infinito

12 septiembre 2020: 

Esta mañana, en la puerta del Tanatorio de San Juan, al lado del Hospital, me encuentro a un viejo amigo que andaba por allí con sus dolores más a gusto que un consejero de una gran inmobiliaria en un consejo. Me contó una historia que ambos conocíamos muy bien, pero que no queríamos recordar donde la habíamos vivido:

"Andaba desesperado pensando que nadie me escuchaba. Tenía ideas pero nadie las entendía; “Limítate a hacer tu trabajo y no te compliques la vida”, eso me decían los compañeros, mientras el Capitán del barco mandaba remar en cualquier dirección a capricho del viento que soplaba en el “bujero” de la raja trasera que cubría su pantalón.


El de Híspalis, que era el origen del marinerito jefe, actuaba con soberbia y poca imaginación, adocenaba al personal y cuando alguno destacaba lo mandaba a galeras. Fidelidad ante todo, la inteligencia y el mando los pongo yo. Ese era el lema del “hispaleño” que de tanto acercarse a los señoritos de Godoma, se creyó, en sus sueños, que se había convertido en uno de ellos.


Lucía formas y ganas, talla sí, cabeza alta y mirada al frente, sin pestañear, no mirando a nadie que le saludara, “BonGiorno” Don Hispalis, y así todo el día y en cualquier lugar, Don Híspalis por aquí y Don Papanatas por allá. El NeoZe andaba creído en ello pues resulta que un día, su día de suerte, se encontró de frente con un toro bravo que lo empujó a la fama al tirarse a ciegas sobre un lado, cuando el toro se fue por el otro.


Acertó a seguir vivo y luego le sacó partido; “Es que de toros yo entiendo un rato”, decía, y hasta se lo creyó. Nunca compró ni lidió un toro pero lo hacía como Dios; “cabeza alta y mirada al frente, sin pestañear, no mirando a nadie que le saludara y premiando a la “claca” que afinando el tono, y el codo, le decían; “De todo hay que saber Don Híspalis y tú sabes “masquenadie””.


Celebraba sus magnificados éxitos compartiendo con sus huestes, raciones de “papasfritas” y cacahuetes y si se terciaba; hasta pulpo se ponía encima de los remos. Lo que hiciera falta, todo por el “equipo”. En eso fue un gran líder.


Un día abandonó el barcoo lo echaron, nunca lo sabremos, pero el barco pesaba la mitad, luego en los periódicos de aquel mal año, explicaron por qué. Yo nunca lo creí, mejor dicho, nunca quise creerlo, esas cosas, las que solo sirven para enseñar al mundo que del “morro” se puede vivir, y muy bien, (parece ser), no son noticias para publicar, ni que con ello se haga bien a nadie.

Más tarde me enteré, que el de la tierra de De Paula lo colgó de otro barco, esta vez en puerto y que sigue viviendo como se propuso, “rebosante de buenos amigos y de mejores colaboradores”."

Entonces, advirtiendo algo anormal en el tono de su última frase, atino a levantar la vista y al mirarle a los ojos, descubro una sonrisa burlona que manifiesta una “coña” impropia de alguien que tan bien vivió con él, de él y a su sombra.

Viendo que se había quedado mudo y con la mirada en el infinito, le doy una palmada en el hombro y le digo:

¿Y tú qué?

Entonces, él reacciona y me dice:

- Yo de PM, murió mi suegra, tenía mucha “pasta” y ahora lo vamos a disfrutar.
Ya ves, el éxito te llega muchas veces cuando menos te lo esperas.

Se dio media vuelta y se fue, atendiendo un especie de grito que salió de la puerta del Tanatorio.

Me vería muy bien pues ni me preguntó si me funcionaban las corneas y/o víscera alguna, ni siquiera preguntó por el barrigón que está que se me sale y que se ve a tres leguas marinas. Él, como casi el resto del mundo, andaba en sus cosas y con ellas se fue. Luego, mientras iba hacia el dichoso y endiablado Parking del Hospital, me pregunté: ¿Me habrá visto? ¿Sabrá quién soy?

Menos mal que la Rehabilitadora Hospitalaria de hoy, me ha puesto hoy a cien diciéndome que solo he perdido dos puntos desde mayo y que me ve muy bien, incluso que mi barriga, pues que tiene su gracia. Es un encanto y hasta parece que te escucha. Para Navidad igual le mando una postal. Me lo pensaré, no sea que se vaya a pensar otra cosa.



Los Blogs de Enrique

2 comentarios:

  1. Es bonito aveces encontrarse a viejos amigos y recordar historias que creíamos olvidadas... pero un viejo amigo preguntaría como estas tu de salud y este no lo hizo...bueno, es que quizá con tanta pasta por gastar no quiere perder el tiempo..... Saludos amigo Enrique

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    1. Escuchar es una de las devociones olvidadas por el mundo de hoy, Sandra.
      Otro gran abrazo de lunes

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