27 junio 2020
- Otra vez sentado, con los ojos cerrados, me imaginaba que yo era un caballero feudal, con casco y armadura ceñida al busto cual criatura inexpugnable, algún lejano temblor a murmullos infantiles recreando su aquí mando yo y un ligero sonido a suave y elegante chapoteo de mi querida vecina de piscina, la maestra, que año tras año me deleita con sus conversaciones y sus versadas opiniones sobre el conflicto de la enseñanza, los niños y sus queridos y adorables, padres.
- Todo era paz, una sensación inalcanzable, de pronto …. Chapacuás y otro y otro, voces, gritos, salpicaduras de agua a lo bestia, sí, mis adorables, estúpidos, maleducados y jovencitos vecinos, los que hoy tienen un día de descanso gracias al no saber que hacer, pues el curso acabó, y sus exámenes también, los que aún no han aprendido que el mundo no es de y para, ellos solos, han decidido contarle al mundo quien es su dueño y yo, tranquilamente, abriendo los ojos, preguntándome cual sería el becerro que dejó de lado la educación cívica en nuestro modelo educativo y adorando aquello que más quiero, hago un discreto mutis por el foro, recojo mi melena, me despido de los más veteranos y me bato en retirada, me vuelvo a mi Shangri-La.
- Enrique pour le matin, "disfrutando" de una día cualquiera y contándolo para el diario de una cruel pandemia, cual es la COVID 19.
Buen relato Enrique a pesar de cualquier molestia.
ResponderEliminarBesos al alma y que tengas un maravilloso domingo
me gusta hacer fotografías y esto que aquí hago, es fotografiar con palabras lo que veo.
EliminarUn abrazo, Paula