miércoles, 20 de mayo de 2020

Sara la lesbiana, Fernando el soltero y Arturo, el padre.


Fotografía de Murad Osmann

20 mayo 2020

Sara es lesbiana y es amiga, muy amiga de Fernando. Fernando, el hijo de Arturo, se está haciendo mayor, (tiene 43a), y le ha contado a su padre, (a Arturo), que le gustaría ser padre pero no quiere casarse con nadie pues no cree que nadie le pueda aguantar sus rarezas y, además, no quiere perder su libertad. La cuestión empieza a tener su aquél cuando Fernando cuenta que le ha pedido a Sara si quiere tener un hijo con él pero por el procedimiento de fecundación in vitro. Al parecer, Sara se lo ha estado pensando y ya le hace gracia la idea de ser madre soltera pues tampoco tiene pareja estable, ni hay tampoco quien la entienda. Pero eso ya pasó, y Fernando le acaba confesando a Arturo que Sara ya está inseminada desde hace casi dos meses. Ahora Arturo dice tener dos problemas graves, uno es como enfrentarse a su rancia moral de formación Católica, Apostólica y Romana, de toda la vida y otro de tipo sentimental pues toda la vida ha querido ser abuelo y ya había perdido toda esperanza en conseguirlo. 

Bien, el asunto, planteado así, ya tenía, como ya he descrito más arriba, su aquél, pero Fernando no le ha contado toda la verdad a su padre, (a Arturo), pues resulta que Fernando me acaba de contar, (en privado), que su novia de toda la vida y que hace quince años lo dejó para marcharse  a NY por motivos profesionales, ahora ha vuelto para quedarse, se han acostado juntos varias veces, han recuperado su amor perdido y, ahora ella le deja ver que podrían empezar la vida que soñaron en juventud. Ella, Noelia, es joven, (tiene 35a), y le gustaría formar una familia con Fernando y así se lo ha hecho saber, firmemente, esta madrugada cuando se levantaban tras una larga noche de pasión, promesas y arrepentimientos. 

Fernando me pregunta, (sin entender yo el porqué a mi), que debe hacer. Arturo, hace solo un rato, me preguntó lo mismo. Y yo me pregunto … ¿Qué decir?

Alguien dijo, hace mil años, o más, que el amor es bello. Alguien dijo que quererse, entre personas, del mismo sexo o no, es una proclama humanitaria lanzada al mudo surrealista. Pero lo cierto y, a veces, lejos de los torpes, es que la belleza del amor solo es alcanzable para quien posea el don de saberlo interpretar. Con el amor y la belleza, por separado, pasa lo mismo … ¿Entonces?  …  (etf)

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