viernes, 27 de marzo de 2020

Donde tengas la olla no metas la ampolla ... o algo así

27 marzo 2020


Recuerdo que una noche loca de letras. copas y música, uno de los compañeros de mesa en la conferencia de viernes la nuit, le daba miedo pensar en la gran cantidad de matrimonios perdidos por culpa de una mal llevada relación laboral fruto del roce profesional entre compañeros de trabajo. No hubo forma de convencer y de convencerles a todos, que eso de liarse con la señora o el señor que no vive contigo, no es una cuestión de roce laboral. 

Decía otro compañero de mesa, echándome un capote: 

Yo veo todos los días a mi portera, a la que nos sirve el café en el Bar de al lado de la oficina, y escucho todos los días, también, a la Julia Otero y no me ha dado nunca por liarme con ellas ni, por cierto, con nadie”.
“Mantenerla dentro del pantalón, cuando sales de casa, es una garantía de vida feliz, amigos”…
… nos dijo, finalmente, otro de los preocupados conferenciantes de esa alocada noche.
Lo peor de esa anoche, sin duda, fue verse confirmadas las sospechas sobre la muerte de la vida en común de una pareja querida tras muchos, muchos años de convivencia matrimonial. Él viajaba mucho y tenía deslices conocidos con toda falda que le rodeara en su mundo laboral. 

Nada tan doloroso como una ruptura, cierto, y mucho más cuando lo es por infidelidades, pero si la llama se apaga, (o te la apagan), es mucho mejor saberlo dejar a tiempo antes que empezar con los problemas que suele dar una rota vida en común. Quizás saberlo hacer bien es cuando se le llama “separación de mutuo acuerdo”. Es difícil conseguirlo, si, demasiado, pero aún lo es más saberte perdido en la soledad del futuro cuando decidiste creerte que la vida estaba en otra parte. Queridos amigos - pensé - procurad no haceros daño, eso cierra muchas puertas. 

Ah, por si viene a cuento, hay un sabio, viejo y vulgar, dicho que reza, más o menos así: Donde tengas la olla, no metas la ampolla ... o algo así
No obstante, la vida es tan bonita y tan complicada que … incluso apetece vivirla, lástima que la falta de sinceridad, la infidelidad o un machismo mal interpretado, acabe con una vida feliz.


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