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20 febrero 2020
Contaba, esta madrugada, mi admirado Antoine, que su Matilde, su último y venerado, amor se ha quitado la peluca y que pronto, muy pronto, volverá a las cafetulias. Luego, con otras palabras más intensas y emocionadas, nos ha hecho llorar al contarnos parte de la lucha que ella, Matilde, libra contra el mal de males. Pero pasados esos segundos de emoción, Antoine ha vuelto a su estado natural y nos ha hablado del amor, de la fidelidad y de alguna otra cosa de esas que él nunca habla. Nos ha llevado, en su historia de hoy, a la Misa del domingo en la Iglesia de la Playa, donde la hija de Lorena llevaba una minifalda-cinturón de foto obligada, de las carreras con el marido de Fransuá, la chica de Lyon que vive en Muchavista y, especialmente, con gran pasión, del último “polvo” que le echó a la Matilde. La novedad es que ha hablado de amor y … eso, curiosamente, nos ha emocionado a todos. Yo mismo, para contarlo aquí, he tenido que tragar saliva.
Amigos los que son, sí, esos son mis amigos, ya sabéis, como decía Serrat en su homenaje al ilustre, los tengo muy escogidos, son lo mejor de cada casa.
Es una enfermedad muy cruel, la he tenido muy cerca de mí, varias veces. Soy hija, hermana y madre de pacientes que lo han padecido y lo está padeciendo. Dejó de ser una enfermedad de personas mayores, hace un tiempo no tiene edad. Tengo etiquetas y soy tan reivindicativa como solidaria, (por si quieres ver un poco de lo escrito).
ResponderEliminarLos avances en poco tiempo son espectáculares y se superan muchos de ellos, pero su nombre sigue causando angustia y preocupación, sí...
Mis mejores deseos para estos enfermos y sus familias, extensivos a sus allegados, ¡Les envio un fuerte abrazo!
Saludos.
Gracias MCFG. Tienes razón, oímos la palabra del mal de males y todos temblamos y el caso es que, curiosamente y al menos en mí, tengo miedo por los míos, más que por mí mismo.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche