19 enero 2020
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Hay quien critica a todos aquellos que se pasan la vida enganchados a su mundo virtual, es decir, a aquellos que siempre los ves con los auriculares de su mp3 en el oído, o bien enganchados al chateo con el móvil y/o que cuando llegan a su casa se sientan delante del PC o del portátil y es que ni te escuchan, están en ese otro mundo que pareciendo tan comunicativo les desengancha de todo lo que les rodea, parece como si para hablar con él, aún y teniéndolo al lado, lo mejor es mandarle un wasap para invitarle a una copa, a una de calamares o a una orgía.
De todas formas hay dos tipos de “criticados” y que yo, aún y creyéndome en el segundo, no puedo dejar de pensar que alguien me coloqué ahí, en el primero, por algo que no sea la pura crítica al estilo de la zorra y las uvas o algo así. También hay amigos, de esos que les gusta tlc y te lo dicen porque saben que no te gusta oírlo, ya sabéis, amigos para todo. Los dos grupos, a mi juicio, son:
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- Los que viven solo para el mundo virtual
- Los que usan el mundo virtual para sus fines
No hay que confundir una cosa con la otra, todos los excesos son malos, pero criticar porque no se sabe llegar a ello, no es, precisamente, el mejor camino para redimirse de ese inmovilismo que muchos padecen. Me molesta estar hablando con alguien que lleva los “cascos” en el oído, sin que se los quite, es cierto, pero aún me molesta mucho más que me aleccionen con cosas así como: “con tanto internet te van un día a robar en tu casa, en la cuenta del banco o te van a embarazar”. Cierto es que también están esos otros que dicen; “Yo no tengo internet en casa, llevo un móvil sin GPS y mi agenda sigue siendo de cuero y papel. Mi secretaria se encarga de todo”.
Ni lo uno ni lo otro, equilibrio y responsabilidad en el uso de los medios es el camino. Para los perseguidores del mal uso de la web 3.0 aquí un gran video, ejemplo de concreción y simplicidad:
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