Luciendo una sonrisa de icono de wasap y una mirada pícara, al estilo de sus mejores noches de bares de lucecitas, Antoine, olvidando sus heridas recientes y en su más pura y laica, versión, andaba frotándose el frontal del labio superior con su olvidada Loli y al verme y dando sentido a la ceremonia, se acerca hacia mi y me regala una de sus clásicas y adoradas actuaciones: “Enrique, ay la nuit, mon amie, anoche me enamoré … y ….“. Y el tío recordando las mejores actuaciones del Florida de sus amores a los cuarenta, se nos pone a cantar eso de …. “Voy de aquí para allá, tú sabes que soy un sentimental … la, laralalalá … ” y con un … “me voy a dormir“, nos ha dejado, a mi soñando con que cuando sea mayor quiero ser como él y a la Loli con que un día ese hombre, aunque sea en la otra vida, será para ella.
Eso es lo que tienen los miércoles y sus momentos, que no son de nadie y que son de todos los que los quieran entender, vivir y seducir, como la vida misma.
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