Pintura de Alfredo Araujo Santoyo
05 diciembre 2019
La voluntad de terminar, en varios y ya cada vez más frecuentes, momentos del estar cenital de los pensamientos más nobles de mis momentos diarios, se hacen fuertes y ya no sé si necesarios, una vez observas que la incapacidad pasa de ser notable a tormentosa, peligrosa y novedosamente dolorosa. El final es previsible y las horas ya parece que debieran ser o estar, contadas aún y no resignándome a ello con facilidad. aunque, eso sí, con cierta dependencia en mis soñados e irreverentes sueños, para no estropear el mundo de otros y especialmente el de Ella, aunque ello, lo de irme a ese viaje, no fuera lo peor.
Viva la vida, la que fue … gracias vida por lo que me diste, espero seguir contigo mientras pueda.
N: Quien sea capaz de leer esto nunca deberá decirlo … decir que lo leyó
Hola querido Enrique, soñar es lo mejor que podemos para no perder el aliento.
ResponderEliminarUn beso
Cierto Eva. Soñar siempre, la realidad es muy aburrida.
EliminarUn abrazo muy fuerte y me alegra saber que me has encontrado en este blog reserva que casi nadie conoce