- Sales a la calle, escupes, estornudas, tropiezas con una de esas baldosas que resaltan del resto en un intento de hacerse notar, pisas una boñiga de perro, te maravilla ver como ha crecido ese árbol que hay en el Boulevard de Miriam Blasco y que viste plantar hace 25 años por mi amigo el Bombero, si, lo plantó Juanito Calvo.
- Te quedas, puñeteramente absorto, cuando te das cuenta que esa enorme guapetona que te sonríe al pasar y que andabas mirando como si todavía uno estuviera con capacidad de merecer, resulta ser la hija de Juan y hasta puede que alguien que no sabe ni quien eres, te pregunte algo. Todas esa cosas pueden pasarte en un día normal, como todos los otros días, puede que hasta no sepas si te gusta o no vivirlo, no, no lo sabes, no, solo sabes que existes para el mundo cuando ves que tu santa te acaricia el pelo y te abraza cada vez que sales o entras de casa, que te arropa cuando te metes en la cama, que te mira con ese novedoso y sereno amor con el que siempre soñaste, que tus cinco enanos se sienten felices de verte y que el sol sale cada día. Luego lo haces otra vez, sales al mundo y empiezas a encontrarte con los amigos de siempre y sigues haciendo lo mismo de siempre, cuanta felicidad y cuan poco tiempo nos dan para disfrutarlo.
- Y ahora, aprovechando que es viernes y el alma descansa, me voy con Borges y la Callas a mi cielo particular:
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cuanta razón Enrique!!!
ResponderEliminarencontrar los momentos y hacer que sean maravillosos es una cuestión de concientización..
Es un tiempo para dejar de lamentarse , lo que no implica desinterés, sino tomar recaudos, abrazar al prójimo con las palabras y las acciones, dar fortaleza a los que bajan los brazos...esto se trata de aprender. Y lo haremos..Me ha encantado tu entrada!Abrazo de viernes
Momentos, encontrarlos, así es. Me encanta saber que coincidimos, querida Eli.
EliminarDeseos de felicidad eterna.