miércoles, 3 de marzo de 2021

Un mundo que ya no sabemos reconocer



03 marzo 2021

Mi oído más sordo, el izquierdo, tiene la extraña habilidad de enredarse en el mundo del vecino y como eso no es algo habitual, no el que yo no escuche, no, es poco habitual que yo lo oiga dada mi sordera. Así es, pues, que  debe resultar que los que hablan a mi alrededor o llevan trompetina altavocera o bien hablan más fuerte que las pescaderas del Borne de mi infancia.

Sea como sea, me ha tocado hoy, mientras mantenía fiel guardia de mi turno en una de mis salas de espera habituales, oír a un par de veintimuchos con cresta, deportivos rojos con cordones sin atar, chupa de cuero, auriculares inalámbricos en oreja y jerga Cani, que …

-“Yo no sé tú, tío, pero yo ya no voy al curro hasta mañana”

-“Qué dices, tío? Si no vamos nos echan”
 
-“Palamierda que pagan, que se jo…” “Si quieres vas tú y le dices que tras la revisión me ha dado un yuyu y que me he ido a casa. Yo me voy al Titi” 
 
 
Al otro lado, es decir, en el derecho, que sin segundas, ni mucho menos, es mi lado auditivo bueno, resulta que había una chica de unos veintitantos, con un simpático y llorón,  niño de unos cuatro años, la cual, la veinteañera, llevaba a tratarle lo que los galenos llaman un cuadro febril agudo. Iba con su madre, la abuela del niño del cuadro febril, y le recriminaba a cada instante, la hija a la abuela, para que cuidara del niño y lo hiciera callar.
 
Finalmente la agobiada veinteañera le dice a su “Santa madre”: “Yo me voy a ir, Mamá, no puedo faltar tanto tiempo de la oficina. Cuando acabes aquí lleva el niño a casa en un taxi y lo metes en la cama. Ah, Carlos no viene a comer, prepara algo rápido pues tengo solo media hora libre. Ah, y dile a Papá que a la noche, cuando venga a buscarte, que traiga leche y agua que se nos ha terminado”. 
 
Quizás lo que aquí he reproducido de mi jornada matinal en esas salas de espera para la educación auditiva, tenga dos lecturas, sí, aunque no sé si las dos son buenas o son, tan solo, una fiel reflejo de lo que sucede en esa parte del mundo social que ya empezamos a no saber reconocer.

 

 EnriqueTarragóFreixes

2 comentarios:

  1. Enrique, Enrique!!!! jajjajaja hoy te ha tocado fuerte la mañana!!! jajajajja
    Y siii...es un mundo diferente, pero el mundo se conforma de personas y esas personas nacieron y fueron criadas (supuestamente educadas ) en un contexto. Yo no tengo nietos aún, pero veo en el entorno tanto educativo ,porque trato con ellas, y familiar también, como las abuelas (algunas muy jóvenes de 50 años y menos también) asumen a "gusto" y a "disgusto" el rol de madres. O sea, que en una etapa en donde deberían disfrutar de su tiempos porque ya sus hijos son adultos, vuelven a ser "madres". A mi me parece que el rol de "abuelo/a" estaba muy bien definido antes, hace muchos años y ahora en algunos escasos casos , también, pero en la mayoría hay una gran confusión que parece responder a una falta de compromiso.
    Cuando un niño pasa prácticamente todo el día con sus abuelos, tiene que ajustarse a las reglas y costumbres de ellos , que seguramente serán distintas a la de su propio hogar. Esta disociación de comprender que aquí puedo hacer tales cosas y allá no puedo, que aquí esta bien pero allá esta mal, relacionándolas con todo, desde la comida, la higiene, las tareas de la escuela, el uso del celular, los tiempos de ver TV o de estar conectado a una red, los amigos, etc causan a futuro múltiples conflictos que nos negamos a ver. Yo no voy a hablar de la época de mis abuelos donde la madre estaba en la casa . Hoy la mujer trabaja y pasa fuera muchas horas, pero en mi opinión uno debe arbitrar los medios para poder educar a sus hijos de acuerdo a sus propias convicciones y "hacerse cargo" de lo que implica educar, incluyendo la parte material. No digo que "ocasionalmente" se ayude a los hijos en TODO, por supuesto...son nuestros hijos...pero también el AMOR SANO, tiene que ver con la comprensión de que llega un punto en la vida, donde tienen que comenzar a asumir responsabilidades y compromisos, laborales, familiares o lo que fuere. Cuando nos sucede lo que tu narras en la entrada tambien es porque permitimos que asi sea. Me parece muy triste, pero sucede y cada vez mas. Fuerte abrazo!!!!

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    1. Nunca mejor interpretado y contado, querida Eli. Conozco compañeros de tertulia en el quiosco de mis amores, que viven esclavizados y otros, los que no tienen nietos, claman al cielo por no haberles dado nietos. Es cierto que la esclavitud es la última de las ocupaciones de algunos, quizás muchos, de los abuelos de hoy.
      Tenemos un amigo en el grupo que suele decir con aire de poeta del medioevo: "Cuidamos de nuestros padres, luego de nuestros hijos y ahora nos toca cuidar de nuestros nietos." Lo oímos, nos reímos y de ahí no pasa, todo sigue igual.
      Un abrazo muy fuerte.

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