09 noviembre 2020
Entre los miles de recuerdos de mi infancia que vuelven, con frecuencia, al escenario de mi memoria, hoy, he recordado uno del que nunca supe, ni entendí, entonces, su contenido. Mi madre estaba conmigo enseñándome a sumar y mientras ella me lo enseñaba, siempre, a su manera, con ejemplos prácticos, recuerdo de esa escena, que yo le pregunté: Mamá ¿Tú crees que yo soy un niño especial?
– Ella me respondió al instante; “Claro, Enrique, claro”
– Y yo entonces volví a preguntarle; ¿Mamá, tú eres una mamá especial?
– Ella no respondió, se me quedó mirando fijamente con sus, siempre, bondadosos ojos, mientras me cogía por los hombros. Estuvo unos largos segundos más así, sin decir nada, y sin decir nada me abrazó con fuerza, con mucha fuerza.
- Esa escena sigue ahí y se quedó ahí, como terminó.
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Como no guardar esa escena!!!Pienso que el no dar una respuesta "hablada" y sustituirla por ese abrazo tan emotivo y contundente habla de la sensibilidad y sobre todo de la humildad en este "no reconocimiento de ser alguien especial". Para una madre siempre sus hijos son "especiales", pero creo que como madres vivimos en un aprendizaje permanente relacionado con el vinculo que tenemos con nuestros hijos a lo largo de toda la vida. Preciosa entrada Enrique...y no se si seré una mama especial...solo se que soy una mama loca jajaja!!Besos y te cuidas mucho!!!
ResponderEliminarGRACIAS, ELI. SEGURO QUE TÚ ERES UNA GRAN MAMÁ Y UNA GRAN PERSONA. POR TU FORMA DE SENTIR Y DESCRIBIR TUS SENTIMIENTOS, ES ALGO QUE SE HACE NOTORIO.
EliminarUN ABRAZO MUY FUERTE
Es bonito recordar cosas pasadas, y creo que si fue una mama especial, puesto que tiene un hijo especial, tu amigo Enrique. Saludos.
ResponderEliminarGracias Sandra. Es cierto parte de lo que dices con seguridad, mi Madre era un ser especial.
EliminarUn abrazo muy fuerte.