lunes, 27 de septiembre de 2021

Lucía, solo Lucía.


27 septiembre 2021

- Ella estaba allí, sentada, sonriente, con cara de hacerse amigo de cualquiera que se lo propusiera. Me miraba y le correspondí. 

- Hablamos del calor, de las esperas en esas odiosas salas de espera de los hospitales y hasta del día tan magnífico que hacía ahí afuera, si, lo que se nos ofrecía detrás de la ventana, fuera o no, cierto. 

- Era joven, quizás 25, su madre tendría mi edad, cara curtida por el paso de los años y, sospecho, que por alguna desdicha inconfesable. 

- Ella, la madre, la trataba como si fuera una princesa, no sonreía, pero no hacía más que estar pendiente de cualquier gesto de su niña. Le ofrecí el periódico a la madre, pero ni me contestó. 

- Pero la niña, con esa jovialidad que uno solo cree ver en los jóvenes felices, empezó a hablar de sus sobrinos, de su Manuel, que al parecer era un pretendiente, y, por lo bajo, me contó que su padre había muerto el año pasado de un cáncer de colon y que su madre aún no lo había superado, por eso me rogaba que no le tuviera en cuenta su “careto” (sic). 

- Ella, la niña, se atrevió a hablar de fútbol y hasta de moda, incluso de las obras que nunca se acaban en la rotonda junto al Tanatorio, pero ella no dejaba de brillar, era un torbellino de fuerza, de vida y de saber estar. 

- Al rato la llamaron y su madre, al levantarse, dejó caer una pesada bolsa de viaje sobre la manta que cubría sus piernas en la silla de ruedas y me quedé atónito al ver que la bolsa se hundía hasta el suelo del asiento de la silla aplastando la manta hasta dejarla completamente plana. 

- Me quedé sin habla y hasta se me hizo un nudo en la garganta, pero ella me dijo: “Yo soy, Lucía, encantada” y me dio un beso de despedida en la mejilla que nunca olvidaré.


(Recuperado del baúl de mis bloguerías perdidas del 2012)


8 comentarios:

  1. Cuantas historias mi querido Enrique, algunas tan tremendas y sin embargo la vida sigue...y nos pone delante "esa leccion" para que no creamos que lo que nos pasa a nosotros es lo mas importante del universo, o la pandemia, o los politicos ...etc.. pasan otras cosas y nadie habla de ellas, ni de como se superan con entereza. Un abrazo mas que grande!!!

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    1. Cierto, querida Eli, parece que haya dos mundos, uno que solo mira hacia su propio ombligo y luego está el otro, el de los pesares, el de la gente valiente que lucha contra sus males y su infortunio y que, sin embargo, vive feliz, aguantando, luchando, sufriendo, sonriendo... conocer a personas como Lucía, ayuda a vivir.
      Un abrazo muy fuerte.

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  2. Bella historia, hay que ser como esa niña y tratar de ser felices como se pueda. Te mando un beso

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    1. Ejemplar actitud la de Lucía, Judit. Conocerla, me ayudó, aún más, a querer vivir.
      Un abrazo fuerte.

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  3. Tienes la gran capacidad de encontrar historias plenas de humanidad, Enrique, con las que es imposible no conmoverse... y sabes comunicarlas además.

    Abraxo agradecido.

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    1. Gracias, compañero, gracias Carlos P. Ya sabes, me gusta mucho la fotografía y desde hace algunos años las hago con palabras. Normalmente esa es la habilidad de los directores del "Gran Cine" del que yo soy un aprendiz y gran admirador.
      Un abrazo fuerte, amigo, muy fuerte.

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  4. Bonita y tierna historia. Hay seres de luz, Lucia es una de ellas. Saludos amigo.

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    1. Me encanta esa frase/definición de "seres de luz", Sandra. Muy apropiadad definición para Lucía.
      Saludos de martes.

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