Un buen amigo, del grupo de los “cabezopensantes” muy activos, le pasa como a mí, que, aún y siendo más joven, tiene las venas de la razón y la dignidad “hormohumana” muy tensas, pero nos pasa que también tenemos alterada la imaginación-horizonte por culpa de todo eso que rezuma espuma por las grietas de los valores perdidos.
Seguramente no es hoy el día de estar pensando en estas cosas, pero resulta que oyes a unos y a otros y te dan ganas de irte a la cueva del neandertal mientras dejan de estar encantados, todos ellos, de conocerse.
Quizás lo más positivo del día, sea las enormes ganas de salir adelante que hoy he visto en un FPO de unos 25 que me ha dado una lección de comportamiento, explicándome todos sus proyectos de futuro, contándome que ya tiene fecha para su boda, y hasta que día se pondrá a trabajar por su cuenta. Incluso ya tiene visto un pequeño local en Algezares del que “saldrá un nuevo imperio que el mundo aún no conoce”. Iba a preguntarle por la financiación, pero he preferido no hacerlo, para no agriarle la tarde ni a él ni a mi.
Mi amigo, el que tiene las venas de los sentimientos muy tensas, me ha mandado este poema, dedicado a mis mejores y más inútiles amigos, que como sabemos, su actitud nada tiene que ver con el futuro empresario de Algezares.
Hola Enrique:
Te mando este poema para el concurso de mañana, piensa que su autor fue Fray Junípero, franciscano español que vivió entre 1.713 y 1.784 y luego, dime si hay algo nuevo bajo el Sol.
Un abrazo,
DÉJAME DORMIR, MAMÁ
Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.
Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.
Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.
Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!
Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.
Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.
Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.
Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.
Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.
En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.
Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!
Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!
Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.
Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.
Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.
Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!
Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.
Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.
Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.
Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.
Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.
En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.
Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!
Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!
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me deleitan tus textos
ResponderEliminarY a mi los tuyos, querida Mucha
Eliminarholaaaa Enrique!!! Hoy ha tocado , será por sábado jajaja terrible post y con ese poema ACTUAL...
ResponderEliminartodo indica que por mas que muchos piensen y tengan en sus mentes las mas brillantes decisiones siempre han existido y existirán los parásitos..por no decir cosas más groseras..
Me gusta mucho tu inicio de post..."Un buen amigo, del grupo de los “cabezopensantes” muy activos, le pasa como a mí, que, aún y siendo más joven, tiene las venas de la razón y la dignidad “hormohumana” muy tensas, pero nos pasa que también tenemos alterada la imaginación-horizonte por culpa de todo eso que rezuma espuma por las grietas de los valores perdidos..." los has expresado MAGISTRALMENTE como nos tienes acostumbrados...es un orgullo seguirte amigo.. Que tu noche de sábado sea bien bonita
Has conseguido que me ponga colorado. Gracias Eli.
Eliminarla suerte la tengo yo de tyenerte aquí, en la mesa de la derecha, comentando.
Un abrazo de domingo.