lunes, 29 de junio de 2020

Mi mujer nunca me creyó



Pintura de Fabián Pérez

29 junio 2020

- “Mira, Enrique, viajar mucho profesionalmente hablando, como tú bien sabes, nos condena a ser unos golfos en potencia  y si además eres el Jefe del equipo, aún más. Para mi mujer todo ser con faldas de mi entorno se acostaba o se iba a acostar conmigo con solo hacerle un gesto y yo, aunque no diga que no, quiero decir que no pongo la mano en el fuego de que hubiera podido pasar, diré que no pasó nunca. Risas, largas noches de marcha, mucho copeo, mucha comidita, mucha juerga, pero nada más, solo amistad y aunque fuera mucha, nunca acabó en cama hotelera jamás. Pero mi mujer nunca lo creyó. Ahora, una vez me he jubilado, ya hace unos años, desde ese mismo momento en que ya no salgo de casa más que para ir a comprar el periódico o para darme un paseo por la Playa de Valencia, no hago nada más que pueda ofender la moral o la vista de nadie. Pero mi mujer se está tomando su venganza en plato frío. Me trata como a un perro casero que ha mordido el sofá, me habla con desprecio, me ningunea y siempre me reprocha todo lo que hago, todo lo hago mal … es su revancha. Ah, además, constantemente hace referencia a tíos golfos y desaprensivos que le han puesto los cuernos a su santa mujer y ahí están, viviendo con la joven de turno mientras su santa exmujer pasa penas y estrecheces propias de su golfo exmarido … un martirio diario, querido amigo y yo, sí, no sé que hacer”.

- Conseguí meter baza en su conversación y le pregunté: “Perdona, Lolo … ¿Y tú por qué lo aguantas? ¿Por qué no te explicas y la llamas al orden o aún más, por qué no le dices que si sigue así lo mejor será que tú te marches de casa?".

- Y Lolo me contestó con un lacónico … “Porque la quiero, Enrique, porque la quiero”.


2 comentarios:

  1. Me encanto ese final. Aveces pienso como la mujer de Enrique......y es que no puedo creer que en tanto viaje no hay habido un pequeño desliz....bueno, es que yo soy desconfiada. Un buen relato, como de la vida real. Saludos.

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    1. Gracias Sandra, para mi es un relato real, aún queda gente así, tanto como élla, como de él.
      Saludos

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