25 noviembre 2021
- Cada cual recuerda sus cosas, sus vivencias, sus alegrías y sus pecados, como quiere. Lo más importante para la subsistencia del intelecto y hasta del alma propia, no es haber hecho las cosas bien, lo más importante es creérselo.
- La percepción de creer que las cosas las hemos hecho bien, siempre, forma parte de nuestra propia naturaleza humana; no quererse acordar más de lo que salió bien, de lo que hicimos bien, es eso, eso es tener la bella percepción que nos hace ser felices, lo demás, lo demás ... ¿A quién le importa acordarse de aquello que olvidó?
enriquetarragófreixes
Igualmente el mecanismo del olvido sigue siendo todo un misterio para mí...
ResponderEliminarAbrazo una vez más sin sombrero.
Un feliz misterio, en cualquier cado, amigo Carlos P.
EliminarSigamos,
Abrazo no olvidado.
Sabes Enrique que aqui coincido bastante con Carlos!!
ResponderEliminarA veces me da la sensacion que olvidamos dos cosas, las muyyyyyy traumáticas o aquellas que realmente no han tenido peso en nuestras vidas, o sea, los extremos del abanico, pero obvio no es una certeza. Besosssssssss
Certeza no hay, ni creo que pueda haber, querida Eli. Recordaré aquí aquella frase muy oída entre amigos, pareja o queridos: ¡Tú solo te acuerdas de lo que te interesa! y aunque es una frase que se lanza en tono sátiro y hasta ácido, es totalmente cierta, sí, es una gran verdad que vive ignorada por quien la vive o la sufre, lo cual sucede dependiendo de que lado de la puerta del tren se encuentre.
EliminarUn abrazo, querida Eli.
Es que debe ser así, acordarse de lo bueno, de lo demás ¿pa qué?
ResponderEliminar"Paqué", así es Tracy, "paqué". Fíjate que, curiosamente, el "paqué", cuanto se parece al "pequé".
EliminarLos recuerdos pueden tener el sello de la duda, si son ciertos en su bondad. Pero si son buenos, quedemos con ellos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCierto, Carlos A. Yo me adhiero al comentario de nuestro Carlos P, que también comparte, nuestra Eli.
EliminarUn abrazo.
A nadie Enrique. Salvo que falte dinero. Interesante, gracias.
ResponderEliminarUna magnífica observación, Antón: "Si falta dinero".
EliminarInteresante, también.
Un abrazo.
Los recuerdos a veces los cambiamos a nuestros antojos. Te mando un beso
ResponderEliminarAsí es Judit, lo que nos preocupa es ¿por qué?. ¿Será ese el problema?
EliminarUn abrazo.
A nadie le importa amigo Enrique. Sigamos recordando lo que nos hace felices y lo que olvidamos no esforzarnos por recordarlo, mejor hagamos que este instante sea un recuerdo feliz.... Saludos.
ResponderEliminarSí, Sandra, pintar nuestros sueños y nuestros recuerdos del mejor y más bello color, eso es lo que yo pienso. Lo más curioso es que esa actitud, es espontánea.
EliminarUn abrazo, Sandra.
Recordar recordar... Olvidar olvidar... Entiendo que cada uno un mundo. No soy consciente de estar olvidando nada fundamental. Y tampoco de recordar nada especial. Las cosas suceden a cada instante... Si llueve, paraguas. Si sol, gafas oscuras. ¿Dónde la relevancia?
ResponderEliminarCierto Enrique eso de creer que hemos hecho las cosas bien. Seguro que la mayoría. Y las que no, lecciones que nos han permitido avanzar. Que entre medias algo "revoltosos", cuando no traviesos, cuando no "diabólicos"... ¡Qué sería la vida sin un poco de sal o pimienta!
En mi debe y haber... Bueno, modestia aparte, me callo. :))))))
Abrazos amigo. Siempre la reflexión oportuna.
Me sigues pareciendo un sencillo, sabio y feliz personaje, Ernesto. Tu forma de expresarte es tan llana, tan clara ... infundes mucha confianza.
EliminarEs cierto, como dices y que a mi me lo parece, que no hay nada preparado cuando se gtrata de obviar recuerdos o de reconvertirlos, que también lo hay, creo que esa actitud en el recordar solo lo bueno, es espontánea. También es cierto, aunque en menos casos que yo conozca, pero lo hay, que siempre se acuerdan de lo malo. Ya sabes, vivir para ver y hacer para olvidar.
Un abrazo fuerte, Ernesto.
Dices bien, MC, está ahí, agazapado, como un ladrón.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.