domingo, 9 de mayo de 2021

¿Quién cuidará de ti ahora?




09 mayo 2021

- Milano es uno de esos raros, rarísimos, y serios veteranos del parquet de la bolsa del suelo inmobiliario de los 90, que recorría toda la Comunidad Valenciana sin parar, de día y mucho más de noche. Italiano de nacimiento, valenciano de adopción,  arrepentido de casi todo, lo cual te cuenta en cuanto empiezas a hablar con él, aunque, eso sí, siempre acaba, como si quisiera consolarse con ello, con su inefable, equivocado y castizo epitafio en vida ... "sí, soy un desgraciado, pero que me quiten lo bailado". Cuenta y cuenta sus batallas, como todos cuando llegan o llegamos, a su edad ... "Las mejores operaciones las hice siempre de noche, Enrique, no ves que todos esos fantasmas del negocio del ladrillo son unos pelapavas, la mayoría venían con su dinero negro extraído del negocio del calzado y del tomate y aunque ni uno sabía hacer la O, solo con canuto, pero de tugurios, puterío y corruptela de políticos sabían más que el Papa de Roma de boato e incienso" ...

- Tomar un café con Milano es conseguir que las horas pasen cómo minutos, su charla es amena aunque previsible, alegre aunque nostálgica,  pero hoy ... hoy ha sido diferente. Cuando ya parecía haber concluido su relato de rigor, me contó algo que hizo que mis ojos ...  "Ay, Enrique, hoy hace seis años que murió y aún no me he acostumbrado a vivir sin ella" ... Ver a aquel veterano grandullón con los ojos sangrando lágrimas de dolor mientras hablaba de ella, fue superior a mis límites de compostura pública  ... "Cabalgamos cuarenta y dos años juntos, nunca me pidió explicación alguna, ni nunca me hizo reproche alguno por nada, tan solo me preguntaba todas las mañanas, al despertar - ¿Aún me quieres Milano? dímelo - y yo se lo decía una y otra vez. Solo ahora sé con seguridad que entonces yo no fingía al decírselo. La he encontrado a faltar desde el mismo momento en que se fue. Recuerdo su despedida ... "Milano ... ¿Quién cuidará de ti ahora?"  ...

- Milano se levantó, cogió su cachava y me dio un apretado y largo, larguísimo, abrazo y al oído me dijo ... "Quiérela siempre, Enrique, ahora que puedes ... no te olvides nunca de hacerlo" ... y yo lo vi marchar con su acostumbrado paso altivo, como siempre, elegante, decidido aunque lento ... y yo pensé y le dije, aunque ya no pudiera oírme   ... Milano: Más que nunca.


6 comentarios:

  1. Ayyy que triste...y si..las despedidas cuestan a cualquier edad pero supongo que despues de vivir tantos años con la otra persona y ya no tenerla es muy duro el despertar.. el comprender que hay una parte "nuestra" que ya no está , o por lo menos , falta su presencia fisica, aunque la fe pueda darnos consuelo espiritual y seguir adelante esperando el momento de un nuevo encuentro. Por eso siempre decimos la importancia que tiene el AHORA.. como esto de decirles a nuestros hijos/ sobrinos/ hermanos/ nietos, cuanto los queremos..porque despues, puede no haber un tiempo para hacerlo.. Hoy..hoy ...hoy..
    Hoy mi abrazo super grande para vos.

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    1. Gracias, querida Eli. Debiera quedarme bien entendido que tienes razón, lo intento, debo centrarme en el hoy, hoy, hpy. No es que me cueste, pues lo deseo y es lo que intento, pero las arnmaduras de los felices recuerdos, no dejan que se marchen, ni que yo pueda ser infeliz, sigo evocando cada momento de mi feliz vida, la cual o lo cual, voy compaginando con "cada momento".
      Un abrazo muy fuerte.

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  2. Hermosa y triste historia. El final me conmovio. Te mando un beso

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    1. Vaya, esa sensación podemos decir que es bidireccional, Alexander. Me pasa lo mismo cuando paso por tu blog.
      Te devuelvo un beso de amigo, un beso simpático.

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  3. Amigo Enrique, cuando la compañera se va deja un vacío enorme en el alma, si se a amado intensamente. No dejes de decir: Te amo, a tu linda compañera de viaje..... Saludos amigo.

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    1. Eso es, amiga Sandra, eso es, nunca hay que olvidarse de ello.
      Un abrazo sincero, de amigo-e.

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