jueves, 19 de noviembre de 2020

Un perfecto e imprescindible, mundo irreal




La vida de los sentidos es inexplorada  o, a veces, inexplorable

19 noviembre 2020

Estaban todos como locos ... "¿Y tú de qué vas a salir, Enrique ?" eso me ha dicho la minifaldera jovenzuela con cofia vintage en testa que sirve los cafés, mientras pasaba por mi lado como una exhalación.  Levanto la vista y veo que el resto de okupas madrugadores estaban todos dispuestos y agolpados alrededor de la mesa que hay al fondo, a la izquierda del Ateneo, justo debajo del cuadro de la última cena de Juan de Juanes, (una bella litografía de inmenso tamaño y que la Loli lo trata como si fuera su altar pues muchas veces la hemos visto rezar ahí, arrodillada ante él). ¿Qué hacían allí? ...

He estado un par de minutos esperando que pasara algo, pero nada, todos seguían allí, alrededor de la mesa del fondo y mi curiosidad iba creciendo, tanto que ya era mayor que la de Montero con mis ingresos pues no se cree que gane tan poco y viva tan bien...

Mi vanidad y mi fabricado, y estudiado,  look de artista bohemio de la nada, (a la que nada le debe  parecer importante más que el más vulgar de los trasnochados existencialismos), me impedía levantarme y marchar corriendo a fisgar en la mesa del fondo y averiguar de una puñetera vez el misterio de tal agolpamiento.  Pero no, aún aguanté otro par de minutos más...

Fingiendo y apoyándome en mi teoría del mal hombruno, el prostático dlc, me levanté para ir a evacuar mi perjudicada vejiga urinaria y de paso  - y de un modo mentirosamente casual - pasar por delante del tumulto y así lo hice...

Justo al pasar por delante de la aglomerada concurrencia,  la Loli, precisamente, me coge del brazo y me lleva a primera fila ante lo expuesto en la mesa que no es otra cosa que un pequeño pesebre y una caja llena de trajes para una representación navideña, y tras unos segundos de silenciosa, aparatosa y emocionada magnificencia, me dice ... "¿Y tú Enrique, de qué vas a salir? ¿Qué papel quieres? ¿Quieres el de Jesús niño o el de Rey Blanco? tú eliges"...  

Vaya, resultaba que tal expectación lo era para fijar intérpretes para una representación teatral para los días previos a la Navidad en el salón de actos del Ateneo, siempre que no nos confinen a todos antes de ese día...

Pues bien, no resultó decepcionante, todo lo contrario - se me pusieron los ojos como siempre que me ponen la palabra Navidad en cualquier acto en los que tengo que decir algo - los miré a todos como si estuviera viendo a mis propios hermanos y, mientras pensaba qué decir, por el escenario de mi imaginación empezaron a pasar todos aquellos seres a los  que quiero, a los que ya se fueron y no están entre nosotros y a los que aún me soportan y, especialmente, a Ella ... me sobrepuse, tragué saliva mientras pensaba que ese era uno de los momentos en que todo el mundo - y tú mismo - esperan que digas algo brillante y yo, dejando mi insignificante e inexistente soberbia aparte, (tras unos segundos de expectante silencio), dije ... "Yo... yo ... yo quisiera ser el Rey Blanco ... es lo que he querido ser siempre desde que nací" ... así la mascarilla blanca pasará desapercibida.

Todos, tras otros largos y silenciosos segundos, comenzaron a aplaudir y vociferar, cual paganos favorecidos por el placer de los sentidos inexplorados  ... y yo me rendí a la evidencia de los suyos, de sus sentidos, de los de un mundo irreal y perfecto, al que todos, desde que nacimos para la vida que siempre hemos querido conocer, nos vuelve locos saber que existe.




enriquetarragófreixes

1 comentario:

  1. Sabes que mi amigo Enrique, tienes
    un no se que, cuando cuentas y haces
    tus relatos, que se te pueden ver tus
    gestos, tu sonrisa y todo lo demas
    que escribes, me agrada mucho leerte.

    Besitos dulces
    Siby

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