sábado, 17 de octubre de 2020

La nueva normalidad de siempre: Llegar tarde


Fotografía de Robert Doisneau

17 octubre 2020

-La pesadez del día se hace notar en todas partes. Hoy es el primer día del fin del mundo, es decir, un fin de semana para descansar de todo aquello que no pudimos hacer el pasado. 

-Tras un largo puente, el de la semana pasada, en esta todos han vuelto a lo suyo. Unos a la cola del Paro, otros a su peregrinaje buscando quehacer, otros a seguir pasando inadvertidos y la mayoría a comenzar una nueva gran final por la permanencia, la de su empleo. 

-Antes soñábamos con el fin de semana para divertirnos y ahora también, pero lo es como aquel que está nadando a la deriva y una barca salvadora lo saca del agua. En fin de semana no despiden, me dice mi vecino del noveno en el ascensor.

-Os cuento, para no ponerme a llorar, como me fue ayer para demostrar que el mundo que me rodea vive en un constante y absurdo estrés de modo permanente y que, ahora, con esta pandemia que nos está matando a todos, se ve, aún más, cruelmente reforzada.
08:45 AM
Caravanón impresionante para entrar a Alicante desde La Playa. Todo el mundo va tarde, cariño, no es que se hayan vuelto locos de golpe, es solo eso, van tarde a todas partes y hoy más, mucho más. Es cierto, a las 08:50 nadie llega pronto, el que más pronto lo haga llegará a las 09:20 y se las va a tener con su jefe, con toda seguridad.
Por la Derecha:
A la derecha un grupo de coches me van adelantando, pero eso ya lo sé, a mí siempre me toca la fila de los tontos, pero ahí está el primer milagro de la mañana: Van todas con el pintalabios en mano y ojos en retrovisor sin darse golpe alguno, bueno el que casi se la da soy yo por andar mirándolas. “Enrique, cariño, deja de mirarlas que se van a mosquear, mira que eres descarado, a ver si nos vamos a dar un golpe por tu curiosidad”. DM, la mayoría de los coches van llenos de niños con mirada en el infinito, montados en su sillita. “Claro, primero dejan al niño y luego se van a trabajar”. 
Por la Izquierda:
Pero por la izquierda, que también me adelantan, es peor, allí van todos los de la corbata, cigarro inter-dedos y maniobras emocionantes a base de colarse entre coches de carriles contiguos para arañar unos segundos al reloj. Curioso es ver que los de la izquierda no llevan niños y que el asunto de las maniobras a lo bestia de los de ese lado es inversamente proporcional al tamaño y claridad del color de sus coches. Ya se sabe que: Coches negros y pequeños… peligro a tope. Los veo y me da cierta envidia, jo, yo a su edad no podía hacerlo. El color de los semáforos es algo indiferente para la fauna matinal de las 09:00, carril izquierdo. Lo mejor el sonido de sus radios con su 106,2 a tope y los faros antiniebla a todo potencia, eso si impresiona. “Cuidado, Enrique, ese se va a poner en este carril, ya verás”

Es emocionante y hasta divertido lo de hacer carreras matinales con el coche, lástima si a veces te pasa como al de la moto de la curva frente a La Iglesia de La Albufereta que le han planchado el traje y añicos las maletas laterales, mientras que al del coche que le dio el golpe, negro y pequeño, se le ve desolado. Pobre gente, pero da igual esos son los menos, los demás les pitan para que se aparten, “coño, no ves que molestas” - les increpan.

Llego al sitio y pregunto: ¿Está Juani? 

– ¿Ha quedado Ud. con ella? 
– Pues sí, a las 09:15 
– Siéntese no tardará en llegar 
– ¿Cuanto? 
– Ella sobre la media siempre está aquí 
– ¿Pero a qué hora entra ella? 
– A las 09:00, pero tiene que llevar el niño al cole y a veces se para en la esquina a por un café 
– ¿Y su padre? 
– Antonio, el padre, ya se jubiló, ahora lo lleva todo ella 
– Claro, su padre tomaba café conmigo, antes de la crisis, a las ocho menos cuarto y eso, "afortunadamente", no se traslada a los genes. Dios mío, que madrugones nos dábamos para nada, ¿verdad? 
– Pues no sé, mire usted, yo llevo aquí desde las ocho para adelantar, pero estoy soltera, tengo novio pero está en el paro, dormimos en casa de mi madre,  y yo no puedo permitirme el lujo ni de casarme, ni de tener un niño y ni siquiera me puedo quejar en mi trabajo, pues usted, Enrique, ya conoce lo que es la vida de una mujer en el mundo del trabajo; gana poco y no da problemas hasta que tiene hijos, se queja de todo, empieza a llegar tarde  y más tarde la echan. 
– Vale, vale, gracias, seguiré esperando aunque ya sean las 09:37 AM

.
 .

6 comentarios:

  1. Hola, Enrique!

    Espero que estejas bién y com salud. Las cosas no estão bién para a Europa em matéria de Pandemia.

    Tus textos son siempre muy interessantes. Chegar tarde, sempre foi "normal", pero, ahora, las cosas se complicaram. Toda a gente anda stressada.

    Tu diálogo es maravilhso. Tienes un grand sentido de humor.

    Besitos y bom finde.

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    1. Gracias CEU. Yo estoy como tú, con el ánimo algo revuelto y la salud en en el camino de la recuperación tras algunos baches que tuve que sufrir durante este verano.
      Ánimo, esta pandemia no podrá con nosotros.
      Un abrazo

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  2. Hola, Enrique!

    Espero que estejas bién y com salud. Las cosas no estão bién para a Europa em matéria de Pandemia.

    Tus textos son siempre muy interessantes. Chegar tarde, sempre foi "normal", pero, ahora, las cosas se complicaram. Toda a gente anda stressada.

    Tu diálogo es maravilhso. Tienes un grand sentido de humor.

    Besitos y bom finde.

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    1. Gracias CEU. Yo estoy como tú, con el ánimo algo revuelto y la salud en en el camino de la recuperación tras algunos baches que tuve que sufrir durante este verano.
      Ánimo, esta pandemia no podrá con nosotros.
      Un abrazo

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  3. Asi andan las cosas Enrique, esta pandemia trae al mundo de cabeza. Un gusto leerte amigo, saludos.

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    1. Si, genera una actitud muy parecida a la depresión, amiga Sandra.
      Un abrazo de lunes

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